Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax., 14 de junio de 2010 (Quadratín).- El proyecto de gobierno del candidato a gobernador postulado por la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso, Gabino Cué Monteagudo, se orienta a un cambio de régimen, a una transición democrática. Con ese objetivo se ha propuesto, si gana la elección, gobernar para y con la sociedad. No obstante que su adversario Eviel Pérez Magaña es una extensión del ulicismo, durante su campaña pocas veces ha polemizado con él y ha preferido encarar abiertamente al gobernador y coordinador de campaña del PRI, Ulises Ruiz Ortiz.
Para Gabino Cué como para los partidos que integran la coalición opositora, en su proyecto también tienen cabida los priístas. No los 150 mil que el diputado local del PC, Benjamín Robles, imagina que se han sumado al gabinismo, sino aquellos de carne y hueso que han discrepado y discrepan de las formas de hacer política del grupo gobernante. O los que no encontraron acomodo en el reparto de diputaciones y presidencias municipales y, sobre todo, aquellos priístas leales a los exgobernadores Pedro Vásquez Colmenares, Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco y José Murat.
Agraviados en diversos momentos por el ulicismo, este bloque de exgobernadores constituye uno de los principales activos que la CUPP tiene en el priísmo y que si Gabino Cué se alza con la victoria seguramente le pasarán la factura a la hora de la integración de su gabinete.
No sería una negociación en bloque, porque a todos ellos no los une precisamente su vocación democrática sino su interes para recuperar y/o agenciarse de parcelas de poder en la administración pública estatal. Pretenden regresar de exilios voluntarios e involuntarios y reinsertarse en la política local, ahora prácticamente monopolizada por un solo grupo de poder.
Un primer obstáculo para pasar de la mera alternancia política a la transición democrática serán precisamente los intereses y presiones que ejercerán este bloque de exgobernadores.
Los otros sectores con los que Gabino tendría que lidiar y compartir el poder son los partidos políticos hoy coaligados y las organizaciones sociales.
En el escenario de un gobierno surgido de la oposición al PRI, como ya lo he expresado en otra ocasión, no necesariamente estaríamos esperando un gobierno con un poder ejecutivo predominante pues todo apunta a a la integración de un congreso con mayoría priísta y a la conformación de un gabinete acotado en su pluralidad, es decir, con representación de todos los partidos políticos que hoy forman la CUPP, pero en donde el PAN y el PC tendrían mayor peso político que el PRD y el PT.
Y un nuevo obstáculo para la transición democrática será precisamente este escenario: un congreso con mayoría priísta y un gabinete que termine por convertirse en eje de disputas interpartidistas, sumado a las presiones y movilizaciones de los sectores afines al viejo régimen que se encargarían de estar torpedeando a cada momento al nuevo gobierno.
Gabino Cué se ha comprometido a gobernar con los mejores hombres, pero esto hay que tomarlo con reservas pues solo hay que recordar cómo se definieron las candidaturas a las diputaciones y las planillas de concejales, o echar una mirada a los principales cuadros que manejan su campaña para empezar a dudar que la promesa se cumpla al pie de la letra.Por ejemplo, Benjamín Robles, el coordinador general de facto, es ya objeto de severas críticas al interior de la coalición opositora por su resistencia a delegar responsabilidades, asumir la interlocución casi única con el candidato a gobernador y ser poco receptivo a las sugerencias y recomendaciones que en otras esferas de la coordinación de la campaña le hacen para enmendar errores y redefinir estrategias.
Y con estas referencias, y pensando en la Secretaría General de Gobierno, resulta difícil imaginarse a Robles en ese puesto.
Pero no hay que preocuparse demasiado por esto último. Es solo un escenario, una probabilidad dibujada a partir de lo que se observa en el entorno de la CUPP.A final de cuentas, si el nuevo gobernador resulta ser Gabino Cué o Eviel Pérez Magaña será una decisión que habrá de decidirse este 4 de julio
..siempre y cuando no exista conflicto post-electoral.
Más leña a la hoguera
Resulta inevitable darle una lectura electoral al secuestro express de Aurora López Acevedo, empresaria del transporte y política cercana a los afectos del exgobernador José Murat. Ella, como mucho muratistas, juegan en estas elecciones en la pista de la coalición opositora. ¿Su secuestro por unas horas, fue para disuadirla? ¿Para sobrecalentar el ambiente electoral? O se trató de un secuestro más, llevado a cabo por el crimen organizado simplemente para extorsionarla. Habrá que esperar sus declaraciones para salir de dudas.
Foto: Archivo