Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 15 de marzo de 2011 (Quadratín).- Primero fue el Tribunal Estatal Electoral. Y ahora el Instituto Estatal Electoral. Ambos tasados con el rasero partidocrático: en la integración del TEE prevaleció el interés partidista. Y lo mismo ocurrirá ahora con la integración del Consejo General del Instituto Estatal Electoral.
Como ya lo habíamos anticipado a fines de febrero (IEE: renovación en puerta, 27-II-2011) las probabilidades de que la LXI legislatura entrara al fondo del asunto con una reforma constitucional de los órganos autónomos, y del IEE en particular, era poco probable. En el mismo texto expresamos que en el mejor de los casos lo que se esperaba era adiciones y derogaciones al CIPPEO que pudiera abrirle las puertas a la sociedad civil para participar en la integración del cuerpo colegiado del órgano electoral.
Nos equivocamos: en efecto, se hicieron modificaciones al CIPPEO pero para asegurarle a los partidos políticos, por la vía de las fracciones parlamentarias, el control del órgano electoral.
De acuerdo al contenido del dictamen de la Comisión de Administración de Justicia de la LXI Legislatura, aprobado por el pleno del poder legislativo el pasado 9 de marzo, en la integración del Consejo General del IEE los ciudadanos y sus organizaciones quedarán excluidos, pues el artículo 85 del CIPPEO solamente reforzó la preeminencia partidista al precisar que cada grupo parlamentario tendrá derecho a presentar hasta tres candidatos propietarios y suplentes.
Como se sabe el Consejo General lo integran seis consejeros electorales y el consejero presidente, además de los representantes de los partidos políticos, del Congreso Local y del Registro Federal de Electores. Esta composición se mantiene vigente y, por tanto, lo que es muy probable que lo que ocurra de facto es que de los tres candidatos que presenten las fracciones parlamentarias, dos se distribuyan entre las fracciones mayoritarias, es decir el PRI, el PAN y el PRD y la tercera carta (o la primera) pase a formar parte de la terna para el nombramiento del consejero presidente.
En las modificaciones al CIPPEO, realizada a partir de la iniciativa de ley presentada por el diputado del PAN, Joel Isidro Inocente, bien se pudieron abordar las aspiraciones y reclamos ciudadanos, expresadas en múltiples ocasiones y foros, para establecer nuevos mecanismos de integración del Consejo General del IEE, pero no fue así.
Que la fracción parlamentaria del PRI lo hubiese aprobado ipso facto no extraña pues resultará la más beneficiada con el procedimiento. Lo que se lamenta y reprocha es la actitud de las fracciones parlamentarias aliadas al gobierno de Gabino Cué , que en el discurso no se cansan de ponderar las virtudes de la iniciativa de reformas constitucionales enviadas a la LXI Legislatura por el jefe del poder ejecutivo, pero en los hechos o se muestren indolentes , proclives a un arreglo simulado con el PRI o bajo reglas que eviten el desmantelamiento del viejo régimen.
En su defensa, el inocente diputado panista, suscribiente de la iniciativa, pudiera alegar que en su proyecto no se propuso refrendar el contenido del artículo 85 ni realizarle ninguna adición, cosa que es cierta, pero también deberá reconocer que tuvo todo el tiempo y la oportunidad para consensar entre su fracción parlamentaria y su dirigencia estatal (e hipotéticamente entre todas las fracciones integrantes de la coalición legislativa, si es que aún está vigente) una iniciativa de ley que en vez de cerrarle el paso a los ciudadanos, abriera una compuerta para equilibrar la presencia partidista en el órgano electoral.
En su iniciativa de reformas constitucionales presentada a la LXI Legislatura, el gobernador Gabino Cué propuso una reestructuración orgánica del IEE y una modificación sustancial en los procesos de selección de sus integrantes.
Es más, adelantó que el IEE podría ampliar sus facultades para poder organizar los procesos de consulta pública derivados de los mecanismos de democracia directa.
Pero los diputados del PRD, PAN, PCy PT, y por supuesto del PRI, ya votaron por el regreso al pasado.