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El labertinto digital de los 70
Oaxaca, Oax., 27 de mayo 2011 (Quadratín).- En menos de una semana el difícil y atropellado diálogo entablado entre el gobierno del estado y la Comisión Política de la sección 22 del SNTE para negociar el pliego petitorio magisterial ha terminado por friccionarlos y distanciarlos al punto que la tarde del miércoles 25 quedaron entrampados con el riesgo de una ruptura si más adelante no se registran avances sustanciales en la respuesta oficial.
Aunque el gobierno del estado puso lo mejor de su parte para responder a cada una de las demandas económicas, gremiales y educativas del magisterio, no así en lo que se refiere a las políticas, la respuesta que siempre encontró de su contraparte fue la exigencia de mejorar las propuestas, rectificar cifras y cálculos de montos económicos comprometidos y divulgados profusamente y, sobre todo, darle cauce a sus demandas políticas.
A su favor, el magisterio tuvo desde un principio el recurso del paro de labores combinado con movilizaciones que han ido escalando en intensidad y amplitud; su propia capacidad de organización y presión a nivel estatal y nacional ( leáse CNTE) y la experiencia acumulada de 30 años de lucha sindical y callejera para obligar a los gobiernos federal, pero sobre todo al estatal, a aceptar los términos de un arreglo favorable a sus intereses gremiales y políticos.
Contra lo que había ocurrido en otras jornadas de lucha, en ésta ocasión las críticas y descalificaciones a su movimiento y a sus propias demandas han surgido de la misma sociedad, pero en forma más visible y aguda de columnistas y articulistas de medios nacionales. Si algunos pudieran suponer que estos tomatazos al movimiento magisterial se han originado desde el
Palacio de Gobierno tal vez estén equivocados porque las ácidas críticas también han sido dirigidas al gobernador Gabino Cué por su postura de tolerancia y pródiga en halagos hacia el magisterio y sus dirigentes.
Para blindarse y responder a las presiones magisteriales, los gobiernos priístas acostumbraban movilizar a autoridades municipales, organismos corporativos y al poder legislativo, sin descuidar las campañas mediáticas en la prensa local y nacional. Hoy, el gobierno de Cué decidió enfrentar el conflicto prácticamente solo pues hasta ahora ni desde el poder legislativo ni desde los ayuntamientos, y tampoco desde los partidos políticos y organizaciones sociales aliadas a su gobierno, han surgido pronunciamientos públicos para respaldarlo.
Ignoro los motivos de estas ausencias, pero si tienen su origen en desacuerdos que aún persisten entre algunas fuerzas y líderes políticos y el poder ejecutivo, o simplemente son resultado del desorden y descoordinación interinstitucional que sigue gravitando en el aparato gubernamental, lo único cierto y palpable es que, en una situación de crisis y conflicto político como el que ahora enfrenta el gobierno del estado , el poder ejecutivo deberá ( y ya lo está haciendo) invertir mayor energía y tiempo, y hacer gala de mucha prudencia , para negociar sin poner en riesgo las finanzas estatales pero también para evitar que se aliente la polarización y el encono.
El tiempo y la enorme capacidad de presión-agitación del magisterio juegan en su contra. Porque mientras más se tarde en desactivar el paro y las movilizaciones la irritación ciudadana crecerá a la par que los riesgos de la ingobernabilidad y la injerencia de otras fuerzas sociales y políticas ajenas al magisterio.
Y las barricadas representan el primer síntoma de este escenario.