Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 1 de abril 2011 (Quadratín).- Coincidencia, conjura o mera casualidad pero lo cierto es que después del enfrentamiento del magisterio con la PFP ocurrido el 15 de febrero el escenario político y social de Oaxaca se empieza a descomponer en forma acelerada.
Grupos y organizaciones afines o solidarias con la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), organizaciones campesinas de distinta filiación partidista, ciudadanos inconformes con sus autoridades municipales o con reclamos no atendidos por parte del nuevo gobierno, normalistas, etcétera. han vuelto a tomar las vías públicas de la ciudad capital o del interior del estado para protestar con consignas y demandas muy similares a las que se dejaron escuchar durante el ulisiato.
Los viejos y agresivos métodos de lucha se vuelven a poner en práctica sin que desde el gobierno del estado se reaccione con la suficiente anticipación, rapidez y eficacia que la intensidad y amplitud de los conflictos lo ameritan. Parecería que, después del 15 de febrero, lo que por diversos motivos buscan tanto las organizaciones aliadas como antagónicas al gabinismo es ajustar cuentas post-electorales y medir fuerzas y, de paso, intentar reinstaurar las viejas y oscuras relaciones de toma y daca del que se beneficiaron infinidad de líderes sociales y políticos en la bella época del priato.
Con las arcas estatales saqueadas, una severa crisis financiera que está orillando al gobierno del estado a endeudarse y buscar soluciones impopulares como el incremento de impuestos a algunos servicios, y con las cajas chicas vacías, en muchos casos los funcionarios responsables de atender y resolver los múltiples conflictos políticos y sociales prácticamente están imposibilitados para encauzar y/o resolver las demandas de los grupos movilizados. Porque al final de cuentas buena parte de las demandas de los inconformes terminan por traducirse en números y pesos.
El escenario político es bastante delicado, pues no debe perderse de vista que la sección 22 del SNTE irá incrementando su nivel de presión para obligar al gobierno del estado a la destitución de funcionarios y la presentación del profesor desaparecido Román Salazar, a lo que ahora habrá que sumar su pliego petitorio que entregarán este dos de abril, ese largo e interminable pliego de demandas sindicales, sociales y políticas que año con año les sirve para justificar los paros de labores y sus intermitentes movilizaciones durante los meses de mayo y junio.
Si desde el gobierno del estado se tiene ya un plan A o B para desactivar los crecientes conflictos y, de manera prioritaria, el que viene enfrentando con la sección 22 del SNTE, es ya hora de que empiece a ponerlo en práctica pues mientras más se retrasen en su solución, habrá mayores riesgos de que sus adversarios busquen enredarlos y atizarlos con el evidente propósito de colocar al gobierno contra la pared, justificar sus críticas y ataques y, en el peor de los escenarios, abonar terreno a la ingobernabilidad.
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