Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 26 de mayo de 2010 (Quadratín).- En el transcurso de la historia la violencia y el delito han estado presentes en la vida cotidiana de los mexicanos. En cualquier espacio del territorio nacional y a cualquier hora se cometen, empleando con mayor frecuencia la violencia física, armas de fuego y frecuentes dosis de crueldad.
Existen diferentes tipos de delincuentes; los profesionales, cuya característica es la de dedicarse al delito como su modus vivendi, encontrando desde una persona en lo particular hasta grupos organizados, enfocándose en diversos hechos ilícitos, tales como el simple robo hasta el tráfico de estupefacientes, hay otro tipo, que cada vez es mayor, y que cometen delitos por muchas circunstancias, aunque ello no lo justifica, buscando una mejor calidad de vida y en menor o mayor medida el reconocimiento (aunque sea de forma negativa) de determinados grupos a los que pertenecen, nos referimos a los jóvenes, que cada vez aumentan en la participación de la delincuencia, encontrando que cada vez es menos la edad de los delincuentes y un tipo más que podemos ubicarlo como circunstancial, es decir sujetos que por una situación específica se ven involucrados en una serie de hechos ilícitos que se generan como reacción a la falta de atención gubernamental a estos grupos determinados.
Datos del sistema nacional de seguridad pública y la encuesta nacional sobre inseguridad (ENSI) 2009 se revela que: El estado de Oaxaca se encuentra entre las 7 entidades federativas más inseguras del país. De acuerdo a amnistía internacional, Oaxaca ocupa el primer lugar a nivel nacional por violencia intrafamiliar.
Según las cifras del noveno estudio de las Naciones Unidas sobre tendencias delictivas y el funcionamiento de los sistemas de justicia penal y la investigación del consejo nacional sobre delincuencia 2008, el estado de Oaxaca con sus homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, se podría comparar con Rusia, con la pequeña diferencia de que Oaxaca tiene 3 y medio millón de habitantes y Rusia 145 millones, donde se ubican las mafias más peligros después de las italianas y colombianas.
La construcción de nuevas formas de entender la violencia y la delincuencia, pasa necesariamente por reconocer los factores que la generan y sus manifestaciones, elementos, contexto, socialización y la existencia de otras políticas públicas que inciden en su atención.
Respecto del modelo policial que se está implementando, a la luz de los resultados en Oaxaca y de las otras entidades que vienen aplicando el mismo modelo como Hidalgo, México y San Luis Potosí.
En las tres últimas entidades subió el índice de inseguridad. En la encuesta del 2007 el estado de Hidalgo se ubicaba como la sexta entidad más segura, para la encuesta del 2008 pasó al decimo primer lugar. San Luis Potosí, del decimo segundo lugar en el 2007, pasó en el 2008 al decimo sexto lugar. El Estado de México estaba en el séptimo lugar más inseguro del país ahora se ubico en el octavo lugar.
Es evidente que dicho modelo no es el adecuado y por lo tanto hay que reorientar el ejercicio de la aplicación de sistemas de seguridad que sean integrales y no busquen solo el castigo del delito sino la seguridad en el amplio sentido del concepto.
Por ello, de no actuar a favor de la paz y el progreso seguirán creciendo las estadísticas de inseguridad, injusticia, impunidad, corrupción.
Seguirá la tentación de mantener órganos represores que tanto agravian a la gente, como lo fue el caso de Atenco, en el estado de México y el de la APPO en 2006 en Oaxaca.
La procuraduría de Justicia, seguirá siendo instrumento de cobro de facturas políticas, inventor de culpables para satisfacer exigencias internacionales, se perseguirá a los opositores al régimen y se reprimirá a los luchadores sociales, y jueces de consigna que imparte injusticia al ciudadano e impunidad a los amigos del régimen.
No habrá transparencia ni rendición de cuentas en el ejercicio de los recursos del fondo de seguridad, el subsidio a municipios o el fondo para la impartición de justicia del Tribunal Superior de Justicia.
Seguirán ocultando los liderazgos en los reclusorios y seguirán los privilegios para los presos con ventas de todo, sin que alguna autoridad por miedo ponga un alto a este esquema de corrupción.
No habrá una política pública de prevención del delito y participación ciudadana que genere confianza hacia la autoridad y se generen esquemas que den cause a la expresión social. Con ello el deterioro de la sociedad no podrá detenerse, para mal de Oaxaca.