Una manera de autocuidado es nombrar lo que sentimos: Iveth Luna Flores
OAXACA, Oax. 19 de marzo de 2016.- Este 19 de marzo se cumplen 17 años del fallecimiento de Jaime Sabines, uno de los mejores poetas de México y reconocido a nivel mundial por críticos y escritores.
Nació el 25 de marzo de 1926 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y poco se sabe de los primeros años de su vida.
Sin embargo es conocido que su padre fue quien le inculcó el amor por la poesía.
El autor de «Mal Tiempo», «Tarumba», «Adán y Eva», «Algo sobre la muerte del mayor Sabines» y “Tlatelolco” entre muchas otras joyas literarias salió de su estado natal a la Ciudad de México para estudiar Medicina. Después se dio cuenta que su pasión era la Literatura; carrera que estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
A lo largo de su vida acumuló varios premios entre los que se encuentran: PremioXavier Villarrutia, Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüistica y Literatura, Presea de la Ciudad de México.
El 19 de marzo de 1999, Jaime Sabines murió días antes de cumplir 73 años de edad. Aquí, un recuento de sus mejores frases.
-No hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida.
-El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable.
–La poesía ocurre como un accidente, un atropello, un enamoramiento, un crimen; ocurre diariamente, a solas, cuando el corazón del hombre se pone a pensar en la vida
-Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo
-No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti
-Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después… pero llegaste a tiempo
-Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte.
-Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente
-No hay nada que deseé mas que odiarte, olvidar tu sonrisa y tus noches de poesía, muérete, acaba ahora con el suplicio de tu moribunda mirada, acaba de un suspiro con la marga incertidumbre de tus lagrimas, y una vez mueras yo moriré contigo
-“Y yo te quiero así: mía, pero tuya al mismo tiempo.”