
Joel Omar Vázquez Herrera, nuevo director del INAH
México, D.F. 18 de junio 2012 (Quadratín).- El viernes escribía aquí sobre el asesinato de nuestro compañero de Milenio El Portal de Veracruz, Víctor Manuel Báez. También hablaba sobre la desaparición de Stephanía Cardoso, reportera de la fuente policiaca para el Zócalo de Saltillo. Justamente el viernes se cumplía una semana sin saber de su paradero.
Por la tarde de ese viernes, Stephanía escribió en su cuenta de Twitter Gracias a Dios estamos bien, pero ahora necesitamos ayuda, mi vida y la de mi bebé corren peligro. Poco después, en una entrevista telefónica con Denise Maerker confirmaba que ella y su bebé de dos años se encontraban bien, pero que por seguridad no podría revelar dónde se encontraban. Esa misma tarde el presidente Felipe Calderón anunciaba que la periodista contaría con la protección de la PGR.
El sábado, Stephanía volvió a escribir en su cuenta Gracias a Dios esta noche mi hijo y yo dormiremos en 1 lugar seguro, la ayuda ha llegado y agradecía al Presidente y a la Procuraduría el haberlos ayudado a estar bajo protección.
Es bueno contar historias que terminan mejor que otras cuantas. Pero reitero lo que escribí aquí el viernes. Los periodistas no estamos aquí para contar historias en las que nosotros seamos los protagonistas.
En su perfil de Twitter, Stephanía dice amo sentir la adrenalina, escribir la realidad y aprender algo nuevo cada día. Lo verdaderamente triste, es que esta realidad no es la que merecemos; esta adrenalina, no es la que nos ayuda a sobrevivir.
Quizá el aprendizaje mayor deberá ser para la sociedad, porque no debemos dejar que nuestros sentidos se acostumbren a este tipo de historias. Algo fuerte tendrá que hacer el gobierno y la sociedad misma. No podemos seguir escribiendo más historias así.
Este fin de semana, la suerte no le sonrió a Víctor. Pero por suerte, la vida le da otra oportunidad a Stephanía.
Pero este no es nuestro México, que no se nos olvide.
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