
México y Canadá, realidades distintas
Oaxaca, Oax. 6 de junio 2012 (Quadratín).- Contrario a lo que ocurrió en el debate del 6 de mayo en el que Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador dirigieron sus embates a Enrique Peña Nieto por ser el puntero la historia parece que cambiará en breve. A 25 días de la elección presidencial, el tiro al blanco apunta ahora al abanderado del Movimiento Progresista.
Ayer, el IFE dio a conocer en su pauta de internet un spot del PAN y otro del PRI. En ellos, la mira está puesta sobre el tabasqueño. Es claro que todas las encuestas ya lo marcan en segundo lugar de las preferencias, con una tendencia si bien lenta, pero al alza.
Ambos spots retoman el conflicto poselectoral de 2006 en el que López Obrador se plantó sobre Paseo de la Reforma. Ambos huelen a una reedición del Un peligro para México.
El video del PAN usa parte del discurso que Andrés Manuel ofreció en Tlatelolco hace dos semanas. Aparece el tabasqueño diciendo: la vía armada, una posibilidad para lograr la transformación de los pueblos y cierra con un texto afirmando que Algunas personas nunca cambian. Una primera lectura lleva a pensar que Obrador está convocando a tomar las armas.
Sin embargo, el spot tiene una edición tramposa y dolosa. En el discurso original, al que tuvimos acceso todos los medios que lo cubrimos, López Obrador dice textual: no despreciamos a quienes piensan que es la vía armada una posibilidad para lograr la transformación de los pueblos. Nosotros sostenemos que vamos a luchar siempre por la vía pacífica y por la vía electoral. Leído y entendido así, la realidad es que no dijo lo que el PAN quiere hacer creer que dijo.
Esto sí es calumnia. Esto sí es difamación. Esto sí es manipular la información y la verdad de los hechos. Con premeditación y alevosía, el PAN intenta golpear a quien ya los ha superado.
Si bien la democracia acepta el discurso y el alegato sustentado, nada justifica basar una denuncia en una manipulación mañosa. López Obrador puede estar tranquilo y deberá estar feliz porque sus adversarios han errado. Punto a su favor.
Sin embargo, creo que es muy pronto para que en el perredista aparezca el discurso sobre el fraude electoral. Ayer, Obrador habló de una guerra sucia y argumentó que si ésta no le funcionaba al PRI para evitar la caída de Peña, optarían por el fraude electoral.
López Obrador es inteligente. Él lo reconoció y es claro y notorio: aprendió de sus errores en 2006. Pero creo que el discurso que debe tomar a la voz de ¡ya! tiene que ser diferente, sin los desgastados lugares comunes que atiborran sus mítines. Sin la mafia en el poder; los de allá arriba; el PIAN; más de lo mismo o el podré ser peje, pero no soy lagarto.
El momento de Obrador es ahorita. O lo entiende y lo aprovecha o diga lo que diga, lo veremos en las calles como en 2006. Quizá sea su última oportunidad para evitar irse a la chingada como el lo dijo, y de dar un giro radical e inteligente en su estrategia discursiva. Aprovechar los errores del enemigo, que a manera de regalos, le ponen de pechito.
Si lo hace, el té de tila lo deberán compartir las huestes priistas con más de uno
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