
Detienen en Juchitán a probable feminicida de Álvaro Obregón
Oaxaca, Oax. 22 de junio de 2012 (Quadratín).- En el sexenio de la lucha contra el narcotráfico, en aquel de los 50 mil muertos del gobierno federal, hablar de logros parece ser algo a cuentagotas.
Este jueves, la captura de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, presunto hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, parece leerse como un punto a favor del gobierno federal, exactamente a 10 días de la elección presidencial.
Sin jugar al sospechosismo de que la detención tenga un móvil político para ayudar a la candidata presidencial del PAN, es relevante preguntarnos qué tan ligado podría estar el tema de la seguridad en la agenda política de estos días.
Es decir, si muchos sondeos ya muestran a Felipe Calderón con una aceptación no tan positiva y si tomamos en cuenta a aquellos que opinan que la guerra se va perdiendo, me hace dudar que un golpe de este perfil bajo independientemente de que se trate del supuesto hijo de Guzmán Loera pueda alterar la preferencia electoral.
Pero la pregunta quizá que todos ya nos hicimos desde este jueves es qué pasaría si en los próximos días el gobierno detiene al líder del Cártel de Sinaloa. Se especulaba en su momento que el gobierno sabía de la ubicación de El Chapo, pero que sólo esperaría el mejor momento político para dar el golpe final.
Porque hablar de inteligencia nos lleva a comprometer otra idea bastante confusa. Si el gobierno más poderoso económica y militarmente fue capaz de encontrar a Osama Bin Laden, entonces, por qué ese gobierno estadunidense no podría ayudar al mexicano a encontrar a un hombre de origen humilde, nacido en Badiraguato, y que nunca contó hasta donde sabemos con una instrucción militar o de inteligencia como sí la tuvo el líder de Al Qaeda.
O qué de aquello que puede ser verdad pero también puede ser mentira. Por la noche, el día terminó bajo rumores de que la familia Guzmán Salazar, a través de sus abogados, ofrecería una conferencia de prensa este viernes para desmentir al gobierno federal. Para aclarar que el detenido ayer en Zapopan no es hijo de El Chapo.
Si esto se tratara de un montaje del gobierno, sería un golpe lapidario para el gobierno calderonista. Pero qué si sí se trata del hijo del afamado narcotraficante. O vuelvo a la pregunta del millón, qué si en los próximos días cae Joaquín El Chapo Guzmán. Qué si es el líder del cártel de Sinaloa. Qué si es él.
Si fuera él, ¿México tendría la primera presidenta?
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