Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
MÉXICO, DF. 16 de febrero de 2014 (Quadratín).- Posiblemente lo más llamativo en el amplio reportaje del semanario TIME haya sido ese encabezado casi religioso que coloca a Enrique Peña Nieto como el salvador de México, bajo la óptica de un futuro optimista… desde luego para Estados Unidos.
Se trata de un reportaje –firmado por el periodista Michael Crowley– con énfasis en las reformas sociales, políticas y económicas –sobre todo la energética– las cuales –asegura– colocan al país en la ruta correcta. Destaca el momento mexicano derivado de la destreza política de quienes buscar dar al Gobierno una nuevo rostro frente a viejos vicios: “Peña Nieto revivió la suerte del PRI prometiendo resultados tangibles a un país resignado a la corrupción”.
Dice además: “Después de un año en el cargo. Peña Nieto ha presentado el paquete de reformas más ambicioso del que se tenga memoria (…) las alarmas activadas en Estados Unidos por la violencia del narcotráfico en México –similar a los terroristas de Pakistán– han sido reemplazadas con aplausos”.
Quizá para los editores anglosajones de TIME lo salvífico no tenga la misma connotación ni social ni histórica, como para los mexicanos.
En nuestra tradición, salvarse quiere decir evitar el infierno… Pero en verdad México debería salvarse de muchas cosas y quien eso logre sería nuestro héroe mayor… olvídense del cura Miguel Hidalgo.
Obviamente el encabezado del semanario no es responsabilidad de la Presidencia de la República, aun cuando pudiera ser motivo de agrado y complacencia. A fin de cuentas la hazaña descrita no es menor y atribuirle la salvación nacional a las reformas propuestas y puestas en marcha en tan poco tiempo, resulta beatífico juicio.
Pero ya puestos en eso de la “salvación”, ¿de cuáles otras cosas debería librarnos el señor Presidente?.
Esta es mi lista…
Primero –y antes que nada– de la corrupción endémica; genética, dicen algunos. Del afán de mordisquearlo todo, de sacar provecho indebido a las cosas; del agandalle; de saltar las normas y violar las leyes… o simplemente ignorarlas; de esa perversa costumbre de justificarnos por todo y ante todo… y culpar al quien se deje de nuestros propios errores.
Peña Nieto nos debería salvar del racismo perpetuo contra indios, negros, judíos y asiáticos; de los gritos desaforados en estadios de futbol en contra de los morenos con balón, a quienes se les corea con pujidos simiescos.
Del hambre, la injusticia y la mala educación; de ensuciarlo todo; de tirar basura; de vivir en el cochambre; de la grasa en la comida; de la mala educación; de los rasgos vigentes del machismo; de la victimización falsa de muchos quienes fingen agravios para lograr beneficios desde una condición social perezosa… y acomodaticia.
…y de una vez, de los vecinos ruidosos; los automovilistas iracundos; los ciclistas en sentido contario; los microbuses sin luces de noche y segunda fila; el doble “Hoy no circula”; los urinarios en las plazas públicas; la contaminación de nuestros ríos; la erosión de nuestra tierra; la tala criminal de nuestros bosques; el imperio del crimen organizado… …y entonces ya no necesitaremos mirarnos en el espejo de las exageraciones editoriales de revistas extranjeras.
POSDATA: El titular: “Saving Mexico”, resultó provocador… y desató gran cantidad de burlas (memes) en redes sociales… eso también habría de medirse. El autor del reportaje reacciona en Twitter: “Queridos amigos mexicanos: lean la historia. En ningún momento dice que México o EPN sean perfectos”, aunque las admiradoras del Presidente suelan gritar a su paso: «Peña Nieto, bombón, te quiero en mi colchón»…
@JoseCardenas1 | [email protected] | josecardenas.com.mx