Derecho a una vivienda digna
MÉXICO, DF. 12 de febrero de 2014 (Quadratín).- Otra vez el PRD en la Asamblea del Distrito Federal pone el cascabel al gato.
Se adelanta a los demás como cuando legisló para permitir el aborto –con condiciones– o el matrimonio entre parejas del mismo sexo –sin condiciones–… toda proporción guardada.
Este mediodía, se presentará una iniciativa –atorada desde hace un año– para relajar la persecución del delito por la portación de pequeñas cantidades de marihuana, siempre y cuando no haya elementos para sospechar actividades de narcomenudeo.
Se trata en realidad de una propuesta pequeña, de alto impacto social y enorme rentabilidad política.
Si en el papel los asambleístas tienen las manos atadas por la Ley General de Salud, en los hechos, hallaron el camino para darle la vuelta con imaginación… y poner al PRD –y a la Ciudad de México– en una posición de vanguardia.
Las atribuciones de la ALDF ciertamente están limitadas. No puede reclasificar delitos del orden federal ni promover el uso terapéutico de la cannabis… menos como deleite. Tampoco tiene facultades para determinar las cantidades mínimas permitidas a portar por los “consumidores”.
La ALDF no puede legalizar la posesión de más de cinco gramos del enervante, como dicta la norma federal, pero si puede prohibir a la policía detener o extorsionar a usuarios incautos, por el terrible delito de portar un churro.
De aprobarse la iniciativa –lo cual se da por hecho dada la dominancia perredista en la Asamblea– la orden a la policía capitalina será no meterse con quien cargue en el unos cuantos cigarros vaciladores.
Se trata de evitar más extorsión y corrupción; limarle los dientes a los agentes mordelones; dejar de criminalizar a los fumadores, cuyo único pecado es ser viciosos… y quienes no son precisamente un peligro social.
Según sus autores encabezados por el diputado Vidal llerenas, la iniciativa pretende ser un primer paso para controlar el daño a la salud provocado por el estupefaciente. Tratar a los consumidores como enfermos y no como fuente de ingresos extra para uniformados del DF.
La ALDF da el primer paso, pero el Gobierno Federal, la Iglesia Católica y grupos conservadores, se oponen. El debate para legalizar el consumo de la marihuana, está muy verde.
Opciones para entrarle a fondo al tema –sin tabúes– habría varias. El camino gringo –aplicado en los estados como Colorado y Washington– plantea la operación de distribuidores registrados como cualquier empresa; Uruguay, involucra al Estado en todo la cadena; Portugal enfatiza en el tratamiento médico de los adictos; Holanda apuesta al consumo controlado, aunque con ciertas lagunas en torno a la producción.
En San Lázaro toca la puerta una iniciativa del diputado federal perredista Fernando Belaunzarán –quien pretende cerrar la pinza con Vidal Llerenas de la ALDF– con planteamientos como la legalización del uso medicinal de la hierba –como ya ha sido aprobada en una veintena de estados de la Unión Americana–. Pero en México, su aprobación se antoja imposible… por ahora.
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