Obispos de México: Un nuevo horizonte
MÉXICO, DF. 16 de mayo de 2014 (Quadratín).- El estado de Hidalgo puede presumir de tener al grupo de maestros más longevo del mundo. Son un mil 441 profesores con 101 años y cinco meses de edad. Curiosamente, todos nacieron el mismo día, 12 de diciembre de 1912… y por eso les dicen Lupitos.
Lo que suena a chiste cruel en realidad es un crimen.
Cada trimestre, la nómina de los Lupitos nos cuesta 32 millones de pesos; 128 millones al año…
Este increíble caso de los maestros centenarios es solo el aperitivo de un banquete de cifras negras reveladas por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Mediante el cruce de información contenida en el Centro de Escuelas, Maestros y Alumnos de la SEP y datos del INEGI con las nóminas magisteriales, la investigadora Alexandra Zapata Hojel –coordinadora del proyecto Mejora tu Escuela– descubrió 7 mil profesores con sueldos de 100 mil pesos o más, de los cuales 70 ganan 193 mil pesos al mes, sueldo superior al del Presidente de la República.
26 de esos “cobrones” laboran en escuelas de Veracruz… de los demás nadie sabe, nadie supo. ¿Serán fantasmas?
El caso más escandaloso es el un tal A. Ramírez Z., supuesto profesor oaxaqueño cuyo salario es de 20 mil 100 peos diarios, es decir, 603 mil pesos mensuales… 7 millones 200 mil al año. ¿El “profe” Ramírez es algo así como el Oribe Peralta del magisterio?
A. Ramírez Z., los Lupitos y otros miles más, son parte del robo del siglo denunciado por Claudio X. González, presidente de la organización Mexicanos Primero. Estamos hablando de un desfalco acumulado de 35 mil millones de pesos, pagado con recursos públicos etiquetados a la educación pero enviados al barril sin fondo de los sindicatos magisteriales. Con ese dineral podría haber el drenaje que en la mitad de las escuelas que no lo tienen; baños en 20 mil planteles y energía eléctrica en otros tantos… incluidas 536 telesecundarias sin corriente.
Según el IMCO, parte del presupuesto para educación también va a parar a un mil 906 escuelas inexistentes, dizque ubicadas en Guanajuato, Oaxaca, Veracruz, Baja California, Zacatecas y Guerrero, cuyas nominas –en total– cuestan 343 millones mensuales.
El fraude es digno de las más sofisticadas estructuras del crimen organizado. Ni Zetas o Templarios generan tales ganancias.
Los gobernadores balconeados no tardaron en pegar el grito en el cielo. Francisco Olvera de Hidalgo acusa al IMCO de falta de rigor científico; Gabino Cué de Oaxaca, rechaza tajante el sueldo escandaloso del profesor Ramírez; el líder del SNTE, Juan Díaz de la Torre, califica los datos de “absurdos, falsos e irracionales”.
Alexandra Zapata –autora del estudio– responde contundente: “todas las cifras salieron de los archivos de la SEP, algunos de los cuales, misteriosamente han comenzado a desaparecer, pero copias hay y como dicen, papelito habla”.
Si la justicia cumpliera su obligación, los atracadores del sistema educativo podrían ser acusados de peculado, fraude, asociación delictuosa, uso indebido de recursos públicos… y no alcanzarían fianza; en las prisiones no cabría tanto ratero.
El “crimen del siglo” no es un hecho aislado… es un atraco impune cometido día con día desde hace décadas, que podría terminar si las autoridades judiciales decidieran aplicar la ley.
Urge un manotazo del secretario de Educación para depurar la nómina del magisterio; dejar de pagar fantasmas, y exigir la captura de QRR –quien resulte responsable–.
Los datos escalofriantes del IMCO son la punta de una enorme madeja; Lupitos y rateros habrá también hay en cualquier otra dependencia pública, donde los controles son pocos, las tentaciones muchas… y la ambición canija.
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