Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax. 1 de octubre de 2014.- Desde el 17 de septiembre, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) es escenario de la inconformidad que su población estudiantil ha hecho pública y que ahora rebasa los muros del centro de educación superior.
De 1968, año del que se recuerdan más las olimpiadas que los acontecimientos democratizadores que dieron otra perspectiva a la vida del país; pasando por el 83 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o en el 2012 en la IBERO donde surge el movimiento 132, hasta este 2014 en el IPN, las luchas estudiantiles han reflejado tener un contenido sustancial para la vida orgánica del país. Los medios político-económicos en que se desarrollaron todos estos movimientos de jóvenes en el país, han evidenciado como el Estado no ha cambiado, a pesar de la contribución y cuota de vidas que se han aportado por los estudiantes y la sociedad en su conjunto.
En efecto, cada día es más evidente la permanencia del Estado Autoritario, su máxima expresión está a punto de manifestarse; así lo demuestran los siguientes elementos que contribuyen a aceptar esta teoría: el uso de los medios de comunicación, para que guíen la información pública, con sesgos necesarios que generen en la población la orientación a aceptar el status quo predominante y que se entienda que las cosas tienen un origen distinto, pero que la irresponsabilidad gubernamental esta siempre libre de toda culpa.
El uso de las fuerzas armadas con reformas legales que le permiten al Estado tener al ejército en las calles, bajo el argumento de que es la institución armada mas confiable, en lugar de generar las condiciones de mejor funcionamiento de la policía preventiva, del sistema de procuración de justicia y del sistema judicial por ejemplo. Reformas legales que alientan la privatización de los recursos naturales, aquí enlistemos las más de dos docenas de reformas estructurales a las que en todos sus mensajes el titular del Ejecutivo Federal cita como un gran logro de su Gobierno y, ahora, estas manifestaciones de poder autoritario llegan a las Instituciones Educativas, porque lo que acontece en el IPN en líneas del comunicado emitido por la comunidad politécnica, los estudiantes afirman que, la pretensión de cambiar el reglamento interno del IPN “no solo significa la modificación de algunos artículos, sino que representa toda una política de reestructuración global del IPN que atenta contra el proyecto fundacional del Instituto”, abundan los jóvenes politécnicos que el impugnado reglamento que genera la revuelta en la institución modifica la naturaleza del IPN, porque con la aplicación de dicho reglamento “… Este ya no busca alcanzar el progreso social de la Nación, sino más bien fortalecerlo”.
Es decir, ya no asume ser una columna vertebral del desarrollo nacional sino solo ‘acompañar’ el proceso; si a esto se le agregan al nuevo reglamento funciones “Sustantivas del IPN, como la investigación científica, intercambio extensión y divulgación del conocimiento” y elimina “la formación integral en el carácter científico y tecnológico, así como su propósito, esto es, la búsqueda de la solución de problemas vinculados al desarrollo de la nación”. Y “Se privilegia la atención del sector privado por encima del sector público”. Esos son solo algunos aspectos que hacemos notar respecto de la situación educativa, en cuanto a las condiciones internas en los edificios del Politécnico se rescata que los alumnos señalan que “el reglamento nuevo dota de facultades extraordinarias a la dirección general para tomar decisiones, expedir reglamentos y acuerdos que, antes eran de los consejos consultivos o académicos”, en cuanto a “las relaciones laborales estas son derogadas al modificarse el artículo que antes las enlistaba”, se “elimina el reconocimiento a las asociaciones estudiantiles” y, convoca a todos los estudiantes al “buen orden”.
Relacionando los acontecimientos nacionales, encontramos que el Gobierno Federal, ha dedicado sus energías a consolidar una política que lleve al país a agrandar las enormes diferencias sociales entre unos pocos miles de habitantes del país y los millones de mexicanos carentes de todas las condiciones mínimas de vida. No le ha importado generar reformas que para muchos, como el suscrito, consideramos son una traición de lesa humanidad a la historia del país, pero ahora esa voracidad de ya no solo entregar los recursos naturales de la nación, llegan al extremo, pues ya iniciaron los “cambios estructurales” en el sistema educativo superior, para muestra un botón, el reglamento del IPN, lo que prueba plenamente que, el Estado Autoritario está más vigente que siempre. Reflexiones que sólo son Fundamentos.