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Periodistas del New York Times podrán utilizar IA de forma legal
en ausencia de fuerzas exteriores, todo cuerpo continua en su estado de reposo o en a menos que actué sobre él una fuerza (Ley de la Inercia).
Oaxaca, Oax. 12 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Atravesamos por un momento complicado, estamos en la antesala de la elección presidencial y el escenario es poco alentador. El país se desbarata por la pobreza y la falta de oportunidades, el planteamiento de las mejoras se sujetan a intereses políticos, la dependencia que tenemos con el exterior asfixia el mercado interno; en suma, la lógica indica que el país requiere con urgencia de corrección de ruta, lo menos conveniente es apostarle a la inercia.
La propuesta del Paquete Económico 2012 que envió el Ejecutivo Federal hace unos días al Congreso demuestra su negación a reconocer los problemas y retos que enfrenta el país: no plantea mecanismos para agilizar el gasto, no contempla esquemas de austeridad, no prevé obligaciones de transparencia y rendición de cuentas, y desconoce el entorno global. El 2012 será un año complicado dada la incertidumbre económica global, impregnado por el impacto de la desaceleración económica de los Estados Unidos. Sin embargo, la propuesta en cuestión desestimó este factor al vaticinar un crecimiento de la economía del vecino país del norte del 2.1 por ciento, medio punto porcentual más que este año.
Desde hace diez años la mediocridad ha ensombrecido la ruta de nuestra economía, no pasamos del 1.7 por ciento de supuesto crecimiento. Desde entonces, se concibe como obligada la revisión del sistema tributario en nuestro país, derivado de la baja actividad económica, influenciada en gran medida por la bajísima recaudación (apenas superamos a Haití con menos del diez por ciento del PIB). La propuesta económica del ejecutivo, plantea la conservación de esos impuestos parche que no sirvieron para lo que fueron creados, como el impuesto empresarial a tasa única (IETU) que se diseñó como un impuesto de control y terminó convirtiéndose en un impuesto recaudatorio. En lugar de que este impuesto se dirigiera a los grandes contribuyentes eliminándoles la Ley de Regímenes Especiales para permitir que paguen más los que más tienen, este gravamen afectó a las pequeñas empresas al situarlas en condición de desventaja.
El dinero del erario público se administra mal y las prioridades en el gasto siguen siendo las mismas, a pesar de que la evidencia exige lo contrario, Calderón sigue empecinado con la idea de que el problema de la inseguridad nacional es un asunto de más dinero. El clima social en el país es prioridad, lo cuestionable no es la bandera de identificación y legitimidad que este gobierno eligió, sino el método: se ignoran las causas, solo se combaten los efectos. Tan solo en los últimos cinco años el gasto en seguridad pública ha aumentado en un 300 por ciento y los resultados son desastrosos. La barbarie criminal tiene su germen en el estancamiento de la economía, la desigualdad, el desempleo y el aumento de la pobreza.
Las cifras del crecimiento de la pobreza dadas a conocer recientemente por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) pone en evidencia el fracaso de la política social de esta administración, y aún así fueron desatendidas en el planteamiento del paquete económico. La pobreza en México ya rebasa los 52 millones de pobres, de los cuales 11.7 millones viven en pobreza extrema. Estas mediciones incitan con urgencia al fortalecimiento de las políticas públicas y al replanteamiento de las estrategias que no han sido exitosas, para atender prioritariamente a este numeroso segmento de nuestra población. El desafío de reducir la pobreza en nuestro país no solo tiene que ver con la asignación de más recursos a programas sociales, si no con la incumplida promesa de campaña de Calderón: más y mejores empleos para un mayor crecimiento económico.
Ahora que se avecina la visita del Ejecutivo Estatal y algunos Presidentes Municipales a San Lázaro para presentar las solicitudes presupuestales a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, se deben acudir en congruencia con lo ejercido, con el propósito de romper las inercias que han dañado a Oaxaca.
1) No se debe gastar sin ser evaluados, se requiere fortalecer la transparencia en el manejo de los recursos;
2) tampoco dejar de ejecutar los recursos aprobados, incurrir en ofensivos subejercicios es irresponsabilidad y semejanza con el pasado. Excusarse de lo que no se ha hecho abona a la desesperanza.
3) Y menos gastar lo que no se tiene, contraer deuda como la administración anterior lo hizo, que la creció de 500 mdp a 14,000 mdp es atentar contra nuestra incipiente democracia.
La premisa a la hora de pedir asignaciones presupuestales a Oaxaca debe contener sentido y coherencia social. Un presupuesto con menos recursos al gasto corriente y más recursos a la inversión productiva, un presupuesto que atienda a los sectores menos favorecidos y, que conlleve obligaciones de transparencia y rendición de cuentas.
Foto:Archivo