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OAXACA, Oax. 2 de abril de 2015.- La Iglesia Católica rememora en jueves santo, el día jueves de la Semana Mayor, la agonía de Jesús antes de su muerte; la institución de la Eucaristía, el lavatorio de pies y la oración del huerto de Getsemaní.
La última cena, que pintores de distintas épocas han plasmado, sucedió, según el pasaje bíblico, antes de la muerte de Jesús en la Cruz.
“Entonces fue Jesús con sus discípulos a un huerto llamado Getsemaní, y les dijo: -Siéntense aquí mientras voy a orar un poco más allá. Llevó consigo a Pedro y a los 2 hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia y les dijo: -Quédense aquí y velen conmigo. Después avanzó un poco más, cayó rostro en tierra y suplicaba así: -Padre mío, si es posible aparta de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Regresó con los discípulos y los encontró dormidos. Entonces dijo a Pedro: -¿De modo que no han podido velar conmigo ni siquiera una hora? Velen y oren, para que puedan afrontar la prueba; pues el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil”. (Mateo 26,36-41)
Jesús les pidió a sus discípulos que velaran y oraran junto con él en esa noche de agonía; es por eso que los feligreses católicos lo acompañan también, velar y orar con él.
La Iglesia católica realiza una adoración del Santísimo después de la celebración del jueves santo.
El adorar al Santísimo, es cuando se expone el cuerpo de Cristo, es decir la hostia ya consagrada, y se tiene un momento de oración, alabanza o contemplación.
Regularmente se deja el copón abierto, en un lugar especial para la exposición. Se debe también contar con veladoras.
La adoración del Santísimo del jueves santo tiene un carácter especial ya que se hace alusión a la agonía que siente Jesús al saber que será entregado y que actualmente, acompañarlo en oración, simboliza la unidad con Cristo.
El momento correcto para hacerla es después de la celebración del día, al terminar se debe ya tener preparado un monumento, es decir un lugar adecuado para exponer el santísimo, previamente destinado.
En el lugar de la exposición se debe poner un corporal sobre el altar, y sobre el corporal el copón, se debe contar con 6 veladoras, 3 a cada lado del Santísimo.
Los misioneros se turnan para acompañar al Santísimo durante la velada, ya que no puede quedarse solo, y permitiendo que la gente del pueblo los acompañen hasta la hora que el asesor o coordinador lo dispongan.
El horario debe estar establecido desde antes y se debe dar a conocer a la gente del pueblo. (Tomado De La Salle, Centro Pastoral Victoria)