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Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Juquila de León, Oax. 04 de abril de 2013 (Quadratín).- La nonagenaria Refugio Montesinos Hernández, en su nublosos mirar, de vez en vez se asoma hacia el horizonte, viendo pasar el tiempo, en espera de volver a abrazarlos; ellos volverán, los suyos y los de la comarca, su corazón palpita sin agitarse, sigue esperando, sabe que se aproxima la hora y pronto la juventud juquilense regresará, volverán al terruño, otra vez a pisar las polvorientas calles.
Volverán seguro que volverán, asegura la anciana, porque se marcharon, unos a la Unión Americana, otros en ciudades del norte de la república, al Distrito Federal, al Estado de México, a Tijuana, a Baja California, a Culiacán, Sinaloa; a Orizaba, Veracruz; a Oaxaca y Huajuapan de León, en busca de mejores oportunidades de desarrollo integral y medios de vida, volverán en verano u otoño, ellos volverán a mecerse en la cuna de este suelo mixteco, afirmó.
En tales circunstancias Juquila, momentáneamente se ha convirtiendo en pueblo fantasma por el factor altamente migrante; El 90 por ciento de la población juvenil, se ha marchado a los Estados Unidos, en busca de medios de sustento; a vender barato su mano de obra, para ganarse unos cuantos dólares, cuyos raquíticos dividendos envían a sus familiares, que sobreviven en el pueblo, con ello edifican modernísimas habitaciones de dos plantas; mientras que las viejas casonas de adobe y tejas, derrumbándose por el abandono y olvido, el tiempo no perdona y lo que hace unos ayeres fuese digno aposento de los principales, ahora esqueletos de vigas y montones de tierras y piedras se caen porque los que ahí nacieron ahora están en tierras lejanas, luchando por la vida.
En tanto doña María, cargando sobre sus hombros, un trozo de leños, que trae desde el campo, para hacer fogatas y pasarla más o menos durante las heladas noche por el cambio climático; sin aspaviento la nobleza de mujer Juquilense, de esencia campirana, avanza hacia su sacro hogar, a preparar el sagrado alimento, cuando el sol se ubica a la mitad del azulado cielo, cuyos candentes rayos bañan al poblado, además del intenso calor humano.
Así transcurre un día más en la vida de los nativos, don Emilio Martínez Montesinos, en su aposento, mitad tendejón y mitad habitación, reconoce que el pueblo se está quedando solo, con personas de tercera edad y niños, por el alto porcentaje de emigrante, asegura que casi el 85 por ciento, han salido hacia el extranjero en busca de la vida, unos, otros en la de su superación personal, al tiempo indicó, volverán y máxime en estos días, cuando la tierra sea cubierta de sembradíos, volverán a echar maíz al surco porque es necesario sembrar, en la universalidad de la raza humana, se gestan en solo propósito de paz y tranquilidad, dijo.
Los nativos volverán al terruño, porque saben que aquí tienen el ombligo enterrado, señalaron los adultos mayores, que son quienes se encuentran incrustados en las modernas construcciones, lo mismo, en viejas casonas, son los adultos mayores los quienes vuelven caminar cuantas veces sea necesario las callejas polvorientas, cargando sus penas, dolores y alegrías, frustraciones y nostálgicos sueños.
Hermelinda Martínez y su esposo Juan Hernández, sentados en el quicio de su humilde casa, que cuentan que desde hace algunos ayeres Juquila de León, se está quedando solo, los que aquí, quedan quizás no rebasen de 60, además de adolescentes y niños, mientras que con la población flotante llegue escasamente a 350 habitantes; como en todos los pueblos de la mixteca oaxaqueña, la juventud y los no tan maduros, están mayoritariamente en el extranjero y en al interior de la república, pero en temporadas regresan con algo de dinero y construyeron sus bonitas casas, modernos monumentos de dos plantas, pero que también están cerradas, además de que traen buenos carros de potentes motores, tradicionalmente en la festividad anual del pueblo, es cuando regresan, a lucir sus lujosos automóviles, producto de sus ahorros, de un arduo trabajo, porque se sufre y se sacrifica en tierras extrañas y lejanas, pero vale la pena, tienen ahora buenas casas, automóviles, y diversas propiedades de valor, solo que cuando vuelven a irse, el pueblo, otra vez en el abandono y olvido, la fantasma emigrante permea el suelo Juquilense, indicaron.
Por su parte Leovigildo Marcos Cruz Lima, justifica y reconoce que el factor migrante es fuerte y difícil de contener, es por una parte, la falta de empleo, para ganar el sustento familiar, y por la otra, el abandono y olvido de instancias gubernamentales, para con los rurales, muestra de ello, es lo que esta ocurriendo, con los pueblos quizás, no solo de la mixteca sino que de la región y del estado; no hay proyectos productivos ni atención al campo y al campesino, la tierra también ya no produce, las lluvias tampoco son abundantes como en el pasado; la faena es más dura y difícil, la contaminación y la erosión también avanzan a toda prisa, sin que nadie pueda contenerlos; todo eso pudiese ser el factor de que los Juquilenses, opten por buscar mejores horizontes y no queda más que arriesgarse a cruzar la frontera, a vender barato la mano de obra, todo porque en nuestro país, estado y región no hay atención de los gobiernos, todo eso es muy lamentable y triste para los rurales, subrayaron.
Pero todos con la esperanza y el propósito de que la juventud volverá a caminar en las polvorientas calles de Juquila, volverán a cantar el canto juvenil, volverán a mirar el sol de frente y a observar las noches estrelladas de cielo mixteco de noble guerrero Dzanhuindanda.
Foto: Karol Gálvez