
Zonas oscuras
“Todo derecho procede de un equilibrio de egoísmos, de la aceptación recíproca de no hacerse daño. Por lo tanto proceden de la prudencia”. Friedrich Nietzsche
Oaxaca y la elección 2015
OAXACA, Oax. 23 de febrero de 2015.-En esta última semana de febrero de 2015 la decena de partidos políticos definirán casi por completo sus candidaturas para competir en junio por llegar a la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Sondeos van y vienen, difundidos lo mismo por los propios partidos que por las innumerables empresas de medios que, dicho sea de paso, coinciden al menos hoy -como todas las fotografías electoreras- que la competencia será terrible no sólo por el voto, sino como ha quedado evidenciado, también por las propias candidaturas de mayoría y, no se diga por las de representación proporcional.
Coincide la mayoría que la competencia partidista se ha pulverizado, pasando de la “lucha a tercias” del pasado (entre PAN-PRI-PRD) a la “guerra a quintas” de este año (PAN-PRI-PRD-PVEM-MORENA), donde los partidos restantes podrán quizá competir en ínfima capacidad una mitad y, la otra, sin duda no poder lograr el 3% para conservar sus registros.
El PAN está volviendo por sus fueros con la simple inacción, es decir, cachando el recuento de los daños del actual gobierno y su partido, el PRI. El PRD se encuentra librando su propia batalla interna, la guerra de tribus hoy más que nunca concebidas como tales, tribalizadas, con el ingrediente peligroso de que hoy sus pedestres personajes cuentan con la salida llamada Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con la que juegan, apuestan, presionan y chantajean.
Morena ha hecho lo que cualquier estratega haría desde la simplicidad del espectro político nacional, capitalizar los errores del PRI-Gobierno, la inacción del PAN y su reciente pasado, la guerra de castas del PRD y, todo ello, combinarlo con el liderazgo mesiánico o no de su dirigente, pero liderazgo al fin, mismo que trata de reforzar a su privativo estilo de giras interminables y la crítica mortal y permanente.
Coinciden los sondeos que hoy el PRI aventaja en las encuestas. Sólo que estas son sólo para el momento en que se levantan o llevan a cabo y que, para llegar a la fecha de la votación, es decir, a junio, falta mucho trecho, de entrada, faltan las candidaturas definitivas de todos los partidos, las campañas y el preciso momento del encuentro ciudadano con la urna. Todo ello en un trimestre en el que la gobernanza y la gobernabilidad del país, es decir, de la dinámica económica y política sobre todo, tienen muchos más mensajes que enviar y recibir.
Hoy, como nunca, aventurar vaticinios sobre los resultados de junio resulta una ociosidad tanto a nivel nacional como en lo local. Quizá pueda tenerse una idea más cierta del tema a fines de marzo, cuando incluso los nombres en las plurinominales sumen, resten, dividan o multipliquen.
Lo que sin duda queda claro hoy es que la elección intermedia de junio es una especie de referéndum a la administración gubernamental del PRI-Gobierno y de quien encabeza su Poder Ejecutivo, para quien, sobra decirlo, dependerá de la cantidad y, sobre todo, de la calidad de sus diputados la consecución de sus metas, objetivos, fines, políticas y, en resumen, su visión de país. Sus logros y obras, sus éxitos o fracasos, su trascendencia o no en la historia patria.
En Oaxaca, el proceso electoral va como siempre a trancas y barrancas, con el rejuego común de egos, traiciones, improvisaciones, caos por doquier y, lo peor, hasta muertos. Con la esperanza de que haya alguna pequeña excepción, aunque sea mínima.