La foto ¡carajo!

Mis dos centavos

Aplausos. El eco de una tontería (Ambrose Bierce)

OAXACA, Oax. 10 de febrero de 2016.- Dice David Ross, “un buen retrato gana la confianza y logra el convencimiento del electorado que lo manifestará a través del voto” (…) que “si no se tiene el conocimiento de lo que significa un buen retrato de candidato y se emplea una mala fotografía, se puede perjudicar radical e inmediatamente una campaña”.

Escrito lo anterior, les platico, que en el estado sureño de Oaxaca, habrá elecciones el primer domingo del mes de junio. Se elegirán a Gobernador (la misoginia política local no permitirá agregarle una letra a dicho cargo); se renovará el Poder Legislativo, es decir se elegirán a 42 diputadas y diputados, 25 por el principio de Mayoría Relativa (tienen que hacer campaña) y 17 por el principio de Representación Proporcional (estos son los “militantes distinguidos” de los partidos políticos) y se elegirán a los Concejales de los 153 Ayuntamientos regidos por los sistemas de partidos políticos, es decir el Presidente o Presidenta Municipal y su Cabildo; también habrá elecciones en 417 municipios regidos por su Sistema Normativo Interno.

Con ese entramado nos encontramos por doquier, un sin fin de imágenes de quienes buscan desesperadamente el voto.

Si bien dice Gisela Rubach que las elecciones se ganan caminando y tocando puertas, una parte importante de las campañas son esas imágenes que buscan proyectar, desde los estrategas más especializados hasta aquellos que han aprendido en el ejercicio político, no por ello menos experimentados –quizá podríamos calificarlos como menos académicos-.

En la capital del mezcal, podemos contar ocho aspirantes a las candidaturas por los partidos políticos y coaliciones y tres que buscan ser independientes. De este universo, sobresalen tres en la esfera pública, un “candidato de unidad” y otros dos más que se encuentran enviando sendos comunicados a diario sobre lo desbordado (sic) de su militancia, el resto busca cómodamente negociar y uno más que ha sido ungido por su líder político-espiritual.

Hablemos pues de la fotografía.

Los tiempos de precampañas y campañas, son relativamente cortos y durante la conformación del equipo del o la candidata, el menosprecio ha sido –por los siglos de los siglos—hacia su equipo de comunicación o contacto con la prensa y con la persona que se hará cargo de su imagen.

En los famosos cuartos de guerra o ‘war room’, se puede contar con el mejor estratega que las revistas especializadas en comunicación política promocionen, pero dejan la imagen en manos del sobrino “que sube fotos muy chidas al Instagram” o de aquel que durante los 15 años de su hija, “le salieron muy chingonas”.

En Oaxaca, la clase política no invierte en su comunicación política –mención aparte deberá tener aquel que (igual y sin pretenderlo) explota el neuromarketing añadiendo niñas y niños en sus fotos de campaña-.

Pero en general, en Oaxaca, los políticos le piden a “sus amigos de la prensa” que lo apoyen, que cumplan con un “uso y costumbre de la clase política”, el hacer tequio, sin importar que para tomar una foto o hacer una nota se requiera leer mil libros, visitar galerías, acudir a conferencias, simposios, congresos; que para ello se requiera desvelo y poca, muy poca vida social.

En las imágenes que nos invaden a diario, se reconoce a quienes tienen ese bagaje necesario para hacer fotografía política y no una que otra foto de revista, donde el ego de los políticos impida ver que la representación gráfica no es de un líder, sino de un timorato con aspiraciones –parafraseando al buen Carlitos- pequeño-burguesas.

Hay que ver bien pues, esas fotos políticas, esas imágenes que ahí estarán, en las campañas. Y las candidatas y candidatos deberán considerar qué buscan proyectar, liderazgo o la batalla por el hueso, pero esto apenas inicia y habrá mucho de qué hablar, qué señalar o quizá reconocer, lo cierto es que Oaxaca es un ente que debe analizarse muy por aparte del total de los 13 Estados del país que tendrán elecciones durante este 2016.