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LOS ANGELES, California. 2 de enero de 2014 (Territorio Score).- Melquiades Ramírez de Jesús sabe que es admirado, como miembro del equipo que en octubre se coronó como campeón mundial de mini básquet en Argentina. Corre descalzo con el rostro adusto mientras a lo lejos la gente lo mira rebotar el balón.
Brinca en vertical una distancia equivalente a una tercera parte de sus 1.40 metros de estatura y encesta.
A lo lejos, niños de su misma edad que observan el entrenamiento rompe en aplausos. Da brinquitos nerviosos, lanza vítores y sonrisas desde los bancos de cemento que circundan la cancha.
«Yo también voy a ser basquetbolista para que me saquen fotos como a los ‘triquis'», dice uno de los chicos que asiste a la final del parque Toberman ubicado en el oeste de Los Ángeles.
Originarios de una de las etnias con más alto grado de pobreza y marginación en el país, el grupo de basquetbol de niños y niñas triquis, demostró a México y el mundo lo que hace el talento y las ganas de triunfar al conquistar duelas y los corazones de miles que en el 2013 siguieron su trayectoria.
Chicos de carne y hueso que se sobrepusieron a la pobreza y la violencia de sus comunidades de origen, donde la muerte es pan de todos los días.
«Los campeones descalzos de la montaña» , como los llamaron cariñosamente por su costumbre de quitarse los tenis al momento de iniciar una justa deportiva, se lanzaron a la fama en marzo de este año tras coronarse como campeones en el Youth Basquetboll of América (YBOA) celebrado en Monterrey.
«Les cuesta dejar atrás parte de su vida, pero poco a poco se dan cuenta que salir al mundo también los hace más libres», dice uno de los jóvenes entrenadores también de origen triqui que acompañaron a los deportistas en su gira.
Tan libres como jugar sin zapatillas deportivas, como aprendieron en casa, con la opción de tenerlas por si les da el antojo de calzarse.
Así lo hacen los basquetbolistas de la ABIM, quienes tras cautivar con su juego conquistan la Copa Navideña de la FOCOICA.
Los niños por primera vez viven en su infancia, una infancia alejada de la violencia y carencias de su región y es gracias al esfuerzo y empeño que ellos han puesto.
Son admirados, son seguidos, son aclamados…
Llegaron precedidos de sus logros, pero su magia los hizo conquistar los primeros planos de la comunidad latina en Los Ángeles.
Así la selección de niños triquis regresa a casa a prepararse y seguir cumplir con las metas para el 2014, que son muchas y sobre todo la principal: No es dar un paso atrás.