Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
OAXACA, Oax. 20 de enero de 2015.- Los integrantes de la Sección 22 del SNTE (S22) se preparan para definir el curso de su protesta. Consultarán a sus bases si el plantón que tienen en la Plaza de Armas de la ciudad de Oaxaca se levanta o se fortalece. Si es esto último, podría ser un fortalecimiento “representativo”, es decir, vendría a la capital solo un porcentaje de los ahora 81 mil trabajadores, o “masivo”, es decir, vendrían todos los trabajadores del sindicato.
Esto último implica que no habría clases en ninguna escuela. Por otra parte, el plantón representativo significa que una buena cantidad de alumnos no tendrían clases. En cualquiera de las opciones de “fortalecimiento”, los alumnos pierden. Si el plantón se levanta, tampoco es garantía de que la S22 vuelva a clases, porque tiene ya planes para movilizarse a partir del 21 de enero de este año.
Las próximas acciones de la S22, se sumarán a las que ha realizado durante casi 35 años, y en todo ese tiempo, quienes han pagado las consecuencias son los niños y jóvenes de este sufrido estado de Oaxaca. A nadie parece importarle lo que pase con ellos, desde hace años, hemos perdido al menos cinco generaciones y esto afecta profundamente el derecho a la educación de todos esos niños.
Visto con calma y con mucho cuidado, lo que Oaxaca vive con la pérdida de esas generaciones de escolares, es una atrocidad. No hay un término para designar la muerte escolar intencional en masa (¿escolaricidio?). En tanto la educación es el proceso por excelencia que transforma al individuo en persona, y por tanto en ser humano a cabalidad, el escolaricidio debería estar en el rango de delitos de lesa humanidad.
La muerte escolar es el término con el que denomino al hecho que produce la imposibilidad de que un escolar no culmine sus estudios en cualquiera de los niveles de educación básica y finalmente deserte. La muerte escolar puede ser el resultado indirecto de muchas causas; pero nunca de manera intencional, como la que provoca la S22, donde hasta los egresados nacen muertos.
En México no se califica la muerte escolar intencional como delito, si acaso como una falta administrativa. Es mas importante el suministro de energía eléctrica; causa por la cual se liquidó a un sindicato, el SME; mientras el SNTE y sobre todo la CNTE, siguen haciendo de las suyas.
¿Qué pueden esperar esos miles de campesinos y trabajadores asalariados que no tiene otra opción que ver como a sus hijos se les cancela el futuro por muerte escolar intencional? Hasta ahora nada.
El gobiernos federal y estatal han doblado las manos y el congreso local parece estar escondido y no tiene el valor de aprobar la ley estatal que comprometa a Oaxaca con la reforma educativa.
Hace poco, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), firmó un convenio con Radio Educación, primero pensé que se trataba de tomar medidas preventivas para afrontar los paros magisteriales dando clases de radio primaria y secundaria por señal abierta y habilitar a los padres para conducir los estudios de sus hijos, creo que me equivoqué.
Pero viéndolo bien, no es mala idea si agregamos otras. Para evitar la muerte escolar masiva propongo lo siguiente:
A. Que todo padre de familia que no desee enviar a sus hijos a una escuela pública, que no da el servicio y cuyo pago fue descontado mediante el ISR correspondiente, pueda solicitar una beca al gobierno federal para enviarlo a una escuela particular.
B. Los recursos para estas becas, que serían de un monto importante, tendrían que tomarse de los ingresos petroleros, de modo que los ajustes por la baja del precio del petróleo contengan también el ajuste para la prevención de la muerte escolar que es mas grave y se castigue así a los estados que no educan, mediante la restricción correspondiente de recursos.
C. Que la radio y televisión públicas, transmitan teleprimaria y telesecundaria en señal abierta y nacional para dar un servicio educativo alternativo a los escolares.
D. Que las nóminas del SNTE y la CNTE, se ajusten en proporción directa a los recursos destinados a becas y servicios de educación no presencial.
Creo que lo anterior no requiere de mucho esfuerzo, ni legislativo, ni presupuestal, se necesita solo voluntad; después de todo la reforma educativa anunciada ya no aplica ni en Oaxaca, ni en algunos otros estados. Allí está mi propuesta, ustedes dirán.