
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 13 de abril de 2014 (Quadratín).- El arzobispo de la diócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello lamentó que la Semana Santa en Oaxaca inicie en medio de la violencia, la muerte y corrupción en la justicia.
“La inseguridad y la violencia es el desafío y problema más grave de nuestra sociedad, es palpable el malestar y anhelo profundo; ya no se quiere inseguridad, impunidad, anarquía e injusticia; ya no se quieren comunidades enfrentadas ni familias desintegradas; las víctimas ya son miles”, dijo en su tradicional conferencia de prensa dominical.
Monseñor Chávez Botello empezó este domingo los ritos de Semana Santa con una procesión de la bendición de palmas que partió de la explanada de Santo Domingo de Guzmán a la Catedral Metropolitana donde ofició la misa del medio día.
Ante los fieles católicos que abarrotaron el templo, el Arzobispo se refirió a esta celebración, que según la tradición cristiana rememora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Al término de la misa, en su encuentro con los representantes de los medios de comunciación resaltó que «la Pascua nos da motivos sólidos para luchar por la verdad, por la unidad y el bien común; nos da fuerzas para gastar la vida sirviendo por amor al estilo de Jesucristo”.
Dijo que la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo es un llamado a la unidad, al amor y a la justicia y paz.
Asimismo, pidió reconstruir la familia, la sociedad que está en crisis por todos los eventos negativos que se han dado. ¿Es posible celebrar la Semana Santa en medio de la violencia?, preguntó.
En este sentido hizo un llamado a los transgresores de la ley a revisarse y respetar estos días.
Agregó que todos los católicos deben analizar su forma de vida, sus actos y no privar de la vida a nadie, que es lo más grave que esta pasando en la sociedad.
“No se puede ser católico y robar, no se puede ser católico y dañar a terceros y exigir justicia, no se puede ser católico y matar, ni dañar a otros», indicó luego de puntualizar que si se cree en Dios se debe tomar en serio la fe.