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OAXACA, Oax. 17 de diciembre de 2013 (Quadratín).- Como en aquella película “La Misión”, los conquistadores españoles enamoraron a los indios con la música, y el órgano tubular barroco fue el instrumento que desde las iglesias cumplió una función primordial en la colonización, sostuvo Eric González Castellanos, uno de los restauradores del órgano histórico de la iglesia de Tlacolula.
Después de cien años de permanecer en silencio, por fin, el órgano de Santa María de la Asunción, en Tlacolula, que data de 1792, volverá escucharse el próximo 23 de febrero, una vez concluida su restauración integral, anunció Cecilia Winter, directora del Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca A.C. (IOHIO).
Para ello, trabaja a todo vapor un equipo de restauradores provenientes del taller del maestro Gerhard Grenzing, situado en El Papiol, municipio de Barcelona, quienes han restaurado órganos en España, Portugal, Bélgica, Brasil y ahora de México, entre otros países.
La parte externa o caja, fue restaurada por Eric González, Egresado de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”.
La caja, de cinco metros de altura, de madera de cedro y ayacahuite, se encontraba severamente dañada por la polilla. Ya no digamos la pintura y el decorado de hoja de oro que durante casi cien años estuvo en el abandono, a merced del polvo y los roedores, dijo el experto.
Repararla llevó cuatro meses. También se trabajó en la policromía de los tubos, decorados con flores que fue la aportación de los indígenas a los órganos barrocos mexicanos.
“Los españoles nos enamoraron con el órgano. Traían a sus organeros y estos aquí entrenaban a sus aprendices indígenas, quienes aportaron el decorado en los tubos con una policromía que los hacía aún más barrocos”, comentó Eric González.
Explicó que a partir del Concilio Vaticano II, en los años cincuenta, cuando las misas dejaron de oficiarse en latín, los órganos pasaron a un segundo plano, y de ahí al abandono, ante la entrada de otros instrumentos de alientos y cuerdas, como la guitarra.
Durante una visita al Coro de la iglesia de Santa María de la Asunción de Tlacolula, conducida por Cecilia Winter para un grupo de periodistas, los restauradores explicaron los avances en la restauración de la parte sonora que implica los fuelles y cientos de tubos de varias medidas.
El trabajo de Arnau Plana, Andreas Fuchs y David Antonio Reyes, éste último de Xoxocotlán, quien también colabora en el taller de restauración de El Papiol, España, es similar al de un relojero, meticuloso y de gran detalle, para devolver al órgano su sonoridad original, expresó Cecilia Winter.
El costo de la restauración del órgano histórico de Tlacolula es de 3 millones de pesos, los cuales han sido aportados por la Fundación Alfredo Harp (1.5 millones), un filántropo del propio municipio (1 millón de pesos), y el resto por un Patronato de ciudadanos locales que preside Óscar Rolando Gómez González.
A fin de que una vez reinaugurado el órgano no vuelva a quedar abandonado, el IOHIO instruirá a varios jóvenes de Tlacolula que han mostrado interés por aprender a tocarlo para el acompañamiento de las misas.