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Oaxaca, Oax., 2 de marzo de 2012 (Quadratín).- Con la publicación de la Cartilla del Zapoteco Serrano, Estudio del Huave y Glotología Indígena Mexicana, obras lingüísticas escritas alrededor de hace cien años por el filólogo Francisco Belmar -1859-1926-, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) comenzó el rescate de la obra del destacado académico oaxaqueño, aseguró el doctor Francisco Barriga Puente, coordinador nacional de Antropología del INAH.
Durante la presentación de estos tres primeros títulos de la Colección Francisco Belmar -de un total de 14-, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Barriga Puente señaló que esta edición facsimilar es todo un acontecimiento en el campo de la lingüística mexicana, porque pone al alcance de la comunidad académica una obra que era prácticamente inaccesible.
Aunque la obra del Belmar que incluye cartillas, vocabularios, gramáticas, análisis comparativos y ensayos no fue del todo desconocida para sus contemporáneos, en nuestra época era prácticamente inconseguible; el gran problema es que los tirajes de sus textos fueron reducidos, algunos de 60 ejemplares solamente.
Con ello, destacaron que en la comunidad lingüista, el filólogo de Tlaxiaco era conocido sabíamos sobre Belmar y por ello nos dimos a la tarea de buscar sus libros en bibliotecas de México y del extranjero, y sólo se sabía de volúmenes aislados en los fondos reservados de bibliotecas foráneas. El filólogo Maurizio Gnerre, después de una búsqueda exhaustiva, encontró el Estudio del huave (1901) en la Biblioteca Benson de Austin, Texas.
Cabe señalar que en los 14 títulos del llamado Filólogo de Tlaxiaco, sobresalen estudios sobre lenguas indígenas de Oaxaca como el amuzgo, cuicateco, trike, mazateco, chocho, papabuco y chatino, entre otras, así como un texto en defensa de dichas lenguas, titulado Importancia del estudio de las lenguas indígenas.
Francisco Belmar, quien durante algunos años fue juez de Ixtlán, era un lingüista muy fino porque describió y comparó con gran precisión las lenguas indígenas de Oaxaca. Para los que hoy día estudiamos estas lenguas, sus trabajos resultan sorprendentemente adecuados y científicos. Su Glotología indígena mexicana (1921) es una obra de gran síntesis donde se revela como un lingüista muy adelantado a su tiempo, aseguró Barriga Puente.
Publicada en 1890, la Cartilla del zapoteco serrano -número1 de la Colección-, fue la primera obra filológica de Francisco Belmar. Una obra breve de sólo 30páginas elaborada en la imprenta L. San-Germán, de la capital de Oaxaca. Presenta, de forma muy sencilla, el alfabeto y da cuenta del silabario e licitado, así como las reglas generales sobre la pronunciación de letras y finaliza con ejercicios de lectura.
A su vez, Estudio del huave número 8 de la Colección, publicado en 1901, da cuenta de la lengua que se hablaba a principios del siglo XX en San Mateo, San Francisco, San Dionisio, Santa María del Mar e Ixhuatán, comunidades ubicadas en el Golfo de Tehuantepec.
Contiene un apartado mínimo de fonología, donde describe vocales, 21 consonantes y establece las reglas mínimas de los cambios de carácter morfofonológicos.
Además tiene una descripción gramatical elaborada conforme a los cánones de la época, donde distingue apartados para los pronombres, sistema de numeración y la flexión de los verbos, incluyendo paradigmas de conjugación. Al final, también incluye un vocabulario español-huave, que contiene poco más de mil 600 entradas.
La Glotología indígena mexicana se comenzó a imprimir en1914 pero, debido a la Revolución Mexicana, vio la luz en la Ciudad de México hasta 1921, es la obra cumbre de Belmar, donde intenta su propia clasificación y comparación de las lenguas indígenas que se hablan en México.
A diferencia de otros estudiosos decimonónicos, como Manuel Orozco y Berra, quien propuso una clasificación de 19 familias; en esta obra Belmar sólo propone tres familias para agrupar las lenguas indígenas mexicanas: la nahuatlana, la zapotecana y la mayana.
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