Cortinas de humo
Oaxaca, Oax. 5 de octubre de 2010 (Quadratín).- Un estado devastado por fenómenos naturales, ahogado en una deuda por más de 6 mil millones de pesos, difícil de subsanar, más la galopante corrupción que permea en las instituciones públicas, donde no cuadran las cuentas, es la herencia que el gobernador electo Gabino Cué Monteagudo recibirá este 1 de diciembre.
Cierto que el pueblo de Oaxaca se hartó de tanta corrupción, de la impunidad, la soberbia y el abuso de poder que caracterizó al gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, por eso votaron por el cambio, sin embargo, el estado que le deja la actual administración a Gabino Cué, es social y económicamente devastador.
¿Porqué decimos esto?, queridos lectores. Muy sencillo.
La calificadora Fitch México S.A. de C.V, y Estándar and Poors S.A de C. V, detalla un informe del Banco HSBC México, al que tuvimos acceso y contamos con copia, sobre la situación real de la deuda del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, con fecha de emisión 11 de diciembre del 2007, la que alcanza actualmente los 6 mil millones de pesos.
Esto desmiente categóricamente al secretario de Finanzas del Estado, Miguel Ángel Ortega Habib, quien hace unas semanas saliera al paso, para decir públicamente que la deuda era solamente por más de mil millones de pesos, pero jamás citó que esta cantidad corresponde únicamente a la deuda pública directa.
Es decir, el marco jurídico local no considera la emisión OAXCB 07U como deuda pública ni pasivo contingente, pero la calificadora Fitchrating, sí considera el saldo y el servicio en los indicadores de deuda.
Ahora bien. El gobierno de Ulises Ruiz Ortiz contrajo una deuda que será pagadera hasta el 31 de mayo del 2037, con una tasa de interés del 5.7 por ciento, según lo detalla el informe de dicha banca comercial, pero eso no es lo más grave.
El Gobierno del estado contrajo la deuda en UDIS, que son las famosas Unidades de Inversión, las más caras del mercado por cierto, porque además del 5.7 por ciento de interés fijo, hay que agregarle la inflación, que en este año se estima es del 6 por ciento.
Se calcula que la tasa resultante para este año en esta colocación bursátil, es del 11 al 12 por ciento, además de agregarle los costos y gastos de operación del Fideicomiso encargado de operar y administrar la colocación bursátil.
Lo peor de todo, es que en el Fideicomiso, con número F/246859, el Gobierno del estado deja como garantía para el pago de la deuda, nada menos que los ingresos del Impuesto sobre Nómina, los ingresos por derechos vehiculares (en su caso), los derechos y los ingresos, en su caso, por tenencia federal.
Esto es, la actual administración gubernamental endeudó al estado y entregó en garantía los ingresos de futuras generaciones, aunque se tiene la esperanza, muy remota por cierto, de que cuando menos las obras derivadas de dicha deuda ahí queden, a disposición de las nuevas generaciones, para que el estado pueda ser más productivo.
La Secretaría de Finanzas a cargo de Miguel Ángel Ortega Habib, bien haría en transparentar el tema de la deuda y sus compromisos a la ciudadanía, que se merece una explicación.
Las cuentas no cuadran
Auditores de la Secretaría de la Contraloría están muy movidos, intentando cuadrar las cuentas de obras que fueron declaradas como terminadas por el Gobierno del estado y que físicamente no existen.
Desde Ciudad Administrativa, unos amigos auditores nos envían un dato interesante. Que por indicaciones superiores, a partir de agosto, quienes así lo decidieran, tendrían un bono hasta por 50 mil pesos, para cuadrar las cuentas de obras del Ejecutivo en documentos.
Me dicen, que varios aceptaron la tentadora oferta, pero hubo uno que renunció, porque sabe perfectamente que es difícil comprobar una obra que físicamente no existe. Y que la dependencia que mayores problemas de este tipo enfrenta, es nada menos que la Secretaría de Obras Públicas y el IEEPO.
Me detallan los auditores, que el Gobierno del estado declaró como terminada una guardería en Ciudad Administrativa y otras dos en Ciudad Judicial, sin embargo, aunque puedan comprobarse en documentación, físicamente las obras no existen en ninguno de los dos complejos oficiales.
Los auditores, por más que le buscan, no hayan como cuadrar las cuentas, principalmente de obras fantasmas.
Mi regreso
Estimados lectores, luego de unos meses de ausencia en este espacio, por motivos laborales ajenos al periodismo, hoy retomamos la pluma para llevarles a ustedes de nueva cuenta nuestro punto de vista sobre la vida política, social y económica de nuestro bello estado de Oaxaca, y por supuesto los comentarios de ustedes, porque siempre tendrán un espacio en esta columna.
Para ello pongo a su disposición mi nuevo correo electrónico: [email protected]