Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
De un catastrofista
La verdad estoy muy contento, pues al fin alguien tomó en cuenta mis comentarios en cuanto a reconocer la gravedad de la crisis, así como sus efectos. Con ello afortunadamente he dejado de ser el único catastrofista de la realidad económica de nuestro estado y de nuestro país; tanto que las opiniones vertidas en este mismo espacio fueron retomados por mi dilecto lector de nombre Carlos Slim, quien en el foro denominado México ante la crisis no sólo los expuso, sino que le agregó mayores datos que él tenía a la mano. Pero como nobleza obliga, hoy quiero corresponder a tal distinción, difundiendo las proyecciones que la mayoría de los medios no difundieron, ya que se estima que tan sólo transcribieron el 3 % de lo manifestado. Lo que aparecerá enseguida no es de mi autoría, sino de un hombre experto en economía y en finanzas de nombre Carlos Slim.
Carlos Slim Helú: Gracias, buenas tardes, me da muchísimo gusto y me honra estar con ustedes en este foro tan importante; no había un antecedente en México, creo, desde 1931, cuando La Gran Depresión, en la que hubo esa unidad entre el bloque revolucionario, el Congreso y con las Cámaras de Comercio e Industria; esa fue una alianza importante que se formó y que permitió, con las políticas públicas que en ese momento se adoptaron, crecer 6.2 por ciento de 1932 a 1982. Ese crecimiento sostenido durante tantos años tan espectacular, se le conoció como el famoso milagro mexicano, y fue una transformación enorme que el país logró.
Pero da pena que desde la gran crisis de 1982, hayamos tenido cero crecimiento en términos per cápita; no es mediocre
¡es mucho peor que mediocre! Es cero por ciento. Es una situación realmente clara, hay que tener una visión de largo plazo hacia adelante, pero hay que saber lo que ha pasado en el pasado. No hay soluciones simplistas al desarrollo sostenido, el país pasó de ser una sociedad agrícola y rural a una sociedad urbana e industrial, ahora hay que pasar a ser una sociedad terciaria: de servicios, tecnológica, de conocimiento e irnos en esa dirección.
Esta actual crisis se inicia en los 90s en los Estados Unidos, con su exuberancia irracional, con una serie de políticas excesivas, agresivas, laxas, monetaria, fiscal, que hicieron que esa crisis, que se estaba corrigiendo en el 2001, se saliera de toda proporción y nos lleve a lo que estamos viviendo hoy. En donde el gran epicentro es la gran crisis de las instituciones financieras, sus excesos, Yo diría que principalmente del Gobierno de Estados Unidos y obviamente las consecuencias vienen en las decisiones de la falta de regulación y de supervisión de las instituciones financieras internacionales.
Por ejemplo, para comprar comodities había que dar cinco por ciento de garantías; para comprar derivados no se daba garantía, entonces se multiplicaba por cientos los riesgos, y esto es lo que estamos sufriendo. Se crearon una serie de jugadores, apostadores, neófitos; muchachos que llegaban creyendo que todo iba a ser para arriba para siempre, y apostaban y apostaban, y bueno, esto es lo que estamos pagando. Pero lo grave es que aunque el epicentro es Estados Unidos, las grandes consecuencias o grandes efectos se están teniendo afuera, por ejemplo, Japón. Mientras Estados Unidos cayó 3.8; el PIB, en Japón cayó nueve y en Alemania ocho.
Estamos en un momento similar al de la gran depresión de 1929, yo diría que ya pasó el 29, estamos viviendo el 30, hay que evitar el 31, 32 y 33, hay que evitar que colapse el mundo económico como lo hizo en aquella ocasión y como se ve que lo está haciendo, en muchos sentidos, en este momento. Está desmedido el crecimiento del desempleo, se habla de dos dígitos, España ya está también en dos dígitos y altos; Japón, Alemania, todo el mundo decreciendo notablemente.
Nuestros países tienen la fuerza, nuestros países, hablo de Latinoamérica, tienen la fuerza –de la mejor– en los términos del intercambio en estos últimos años; nosotros, el petróleo; otros países, el sorgo; otros, el trigo, etcétera, y tenemos los minerales. Tenemos una fortaleza económica, que tenemos que cuidar para evitar estos colapsos físicos. No cabe duda que el Producto Interno Bruto mexicano se va a desplomar, va a ser negativo, por la caída del petróleo y de la exportación, entre otras cosas, y las consecuencias, también internas, pero hay que cuidar el empleo.
No hay que preocuparnos si es menos dos o menos uno o cero, hay que cuidarnos; buscar medidas que protejan el empleo y el ingreso familiar, eso es lo fundamental que hay que hacer en este momento. Yo creo que nos estamos volcando a la economía interna, ya nos estamos dando cuenta que no todo es pensar afuera. Pensábamos que la inversión extranjera era maravillosa, parece que fuera donativo; la inversión extranjera no es un donativo, la inversión extranjera viene porque estamos ofreciendo buenas utilidades. Las empresas modernas son como los viejos ejércitos, los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos, las empresas conquistando mercados y cobran dividendos, regalías, royalties. O sea, hay que volcarse a la economía interna.
Impulsar la pequeña y mediana empresa, bajar la mortalidad empresarial, impulsar en México y no lo digo por nosotros (sic), existen empresas fuertes que compiten internacionalmente, no hay países fuertes sin empresas fuertes. Por eso vemos países que han impulsado mucho a las empresas fuertes en su trasnacionalización, inclusive con impulsos fiscales, como es España, que les da deducible el 75 al 90 por ciento de la inversión; Brasil, que apoya con el banco de desarrollo, etcétera. Tenemos que estar abiertos a la competencia; la globalización no es una alternativa, es una necesidad, aunque en este momento se está retrayendo porque el colapso económico, la falta de empleo, la falta de consumo, la caída de la economía americana y de las economías desarrolladas, obviamente a los países que exportan les van a bajar sus importaciones, va a haber una caída importante del comercio internacional.
Pero, aparte, el comercio internacional se va a caer, se va a caer el empleo, va a haber mucho desempleo, va a subir el desempleo como no teníamos noticia en nuestra vida personal, sólo la historia de los 30s. Van a quebrar las empresas, muchas chicas, medianas y grandes; van a cerrar los comercios, va a haber locales cerrados por todos lados; los inmuebles quedarán vacíos, y pues es una situación que va a ser delicada. No quiero ser catastrofista, pero hay que prepararse para prever y no estar viendo las consecuencias después y estar llorando.
Yo creo que, como hicimos en el 31, hay que retomar nuestras decisiones, cómo vamos a salir de esta crisis, tenemos que salir de ésta crisis más fuertes ¿cómo? Pues creando capital humano y físico, si tenemos un buen capital físico, el capital humano va a ser muy importante. Se impulsa mucho el empleo a través de las PyMEs, todos sabemos eso, pero también hay que atender nuestro sector agropecuario (Ojalá alguien se lo diga a Ulises), que puede estar un poco descuidado, y por supuesto la infraestructura, y más rápido y más efectivo y mayor empleo que en la infraestructura y en la construcción misma, se hace de un día a otro.
Hay 30 mil escuelas en mal estado, hay que arreglarlas, hay que modernizarlas, hay que llevar ventanas, baños, techos, que están realmente deplorables, pinturas. Igual hacerlo en los hospitales, en los centros de salud, en las oficinas de Gobierno, en las zonas arqueológicas, cuidando la biodiversidad del ambiente, etcétera.
Yo creo hay una capacidad en México tal de dar empleo intensivo con muy poco dinero, y por supuesto, hay que buscar la combinación del capital público y privado, para impulsar aquellos proyectos que lo justifiquen de esa forma. Tenemos que buscar salir –como decía– más fuertes de esto.
Hemos hecho chica a la clase media, la hemos afectado mucho. Porque no tienen ingresos. Se discute muchas veces entre riqueza e ingreso; creo que el que la riqueza sea privada, colectiva, pública, tiene que manejarse con eficacia para crear más riqueza, y su fruto, que es el ingreso, tiene que tener una mejor distribución del ingreso. Una de las formas de mejorar la distribución del ingreso es con educación y fuentes de empleo: Insistir en el empleo en México, hay que buscar, sin duda, los capitales nacionales fuertes y competitivos, ver de tú a tú con las transnacionales.
Que no se use al Estado para recaudar dinero como se ha estado haciendo, que no se use la gasolina o la luz para recaudación fiscal.
Por último, les quiero comunicar esto: Estados Unidos, dice: Buy América, Compra en América; en España dicen: Y hay algo que nuestros ciudadanos pueden hacer por su país, que es apostar por España, por nuestros productos, nuestra industria y nuestros servicios, apostar por nosotros mismos. Está empezando a haber nacionalismo económico para el consumo ojalá y nosotros no sea el de México ON SALE (México A LA VENTA).
Le estoy dejando al Legislativo algo de información sobre lo que es la competencia. Aquí señala los más problemáticos factores de México son: La ineficiencia de la burocracia gubernamental, primero; 18 por ciento; corrupción, inadecuada infraestructura, regulaciones restrictivas, regulaciones de impuestos (pago por reemplacamiento por supuesto), acceso a financiamiento, tax rates, crimen y robo, inadecuada educación de la fuerza de trabajo.
Entonces les dejó, por favor, la información y les agradezco mucho su atención, el tiempo y la invitación.
Hasta aquí las palabras de Carlos Slim, a ver si a él si le hacen caso.
* Presidente del CDE de Convergencia en el estado de Oaxaca.