Llora, el país amado…
Oaxaca, Oax. 28 de febrero 2011 (Quadratín).- El tiradero de basura de la ciudad de Oaxaca de Juárez, inició sus operaciones hace casi 30 años, en 1981. Cuenta con un área superior a las 17 hectáreas y recibe en promedio 800 toneladas de basura diarias proveniente de 18 municipios conurbados. Aún cuando el terreno es propiedad del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, éste se encuentra ubicado dentro de la jurisdicción territorial del municipio de Zaachila. Al principio de sus operaciones, sus condiciones eran catalogadas como aceptables pues no había alrededor del mismo asentamiento humano alguno; o sea que no se ponía en riesgo la salud de las personas. Por muchos años permaneció constantemente con fuego; lo que permitía ver su fumarola desde una distancia considerable. Fue posteriormente, cuando el negocio del reciclado de la basura comenzó a florecer, que los terrenos aledaños fueron invadidos por personas de muy escasos recursos que vieron en la pepena de la basura una fuente de ingresos; claro que no faltaron los paracaidistas que aprovechando la indiferencia de las autoridades estatales y municipales se hicieron de un terreno en donde vivir. Como era de esperarse, no faltaron los personajes políticos que de inmediato afiliaron a sus organizaciones a estos grupos, sindicatos evidentemente vinculados con en ese entonces partido oficial, ya sea de la CNOP, de la CTM y creo que hasta de la CROM tuvieron membresía. Eran los tiempos del corporativismo a ultranza.
Mientras el PRI disfrutaba del las mieles del gobierno todo era paz y felicidad entre quienes ostentaban el poder; no hubo problema alguno con el tema de la recolección de la basura. Fue hasta que la oposición gana el Municipio de la Capital con Pablo Arnaud, cuando misteriosamente se rompe el encanto.
Conscientes, como lo están ahora algunos priistas plenamente identificados, vieron en el cierre del acceso al tiradero de basura un mecanismo fácil y práctico de hacerle ver a la ciudadanía que se había equivocado en su decisión de haber elegido un Presidente Municipal perteneciente a un partido distinto al tricolor. O sea que fue, y sigue siendo utilizado como un mecanismo de presión hacia las autoridades no emanadas del PRI.
Exactamente lo mismo sucedió durante la administración de Gabino Cué. Hablo de esa época en la que la autoridad municipal resultaba opositora, partidista y políticamente hablando al gobierno estatal. De ahí que el manejo en medios señalaba como único responsable de tal situación caótica a la administración municipal. La idea era es debo escribirprovocar la irritación y molestia de la ciudadanía para venderle un gobierno local inexperto e ineficiente. Sin embargo el pueblo sabio como es, pronto se dio cuenta de la estrategia de tan solo unos cuantos y que terminaban por perjudicar a cientos de miles de habitantes, no sólo de la capital, sino de los municipios conurbados.
Hoy la situación es distinta aunque muy parecida; me explico. Hoy algunos dirigentes del PRI, están demandando que el Primer Concejal del Ayuntamiento de Zaachila, Adán López Santiago quien por cierto ganó con la Coalición Unidos por la paz y el progreso, permita el ingreso de dos regidores plurinominales del PRI, sólo que a quienes les corresponde ocupar tales posiciones no aceptan la distinción argumentando diversas razones. Como lo establece la ley, el Cabildo mandó llamar a sus suplentes, a quienes se supone que para eso los nombran, pero qué cree estimado lector, que ellos no son los que quiere el partido que estén, sino a otros distintos; lo cual es a todas luces ilegal. Alguien me aseguraba ayer, que así ha sido siempre, que los acuerdos se tomaban con argumentos políticos y no jurídicos; mi respuesta fue que a partir del 4 de julio las cosas deben comenzar a cambiar, por lo que la solución debe estar en manos de los diputados según lo que establece la Ley Orgánica Municipal y no en un grupo que haciendo lo que están acostumbrados hacer tienen como rehenes a un pueblo que precisamente votó por terminar con ese tipo de maniobras. Es distinta porque hoy gobierno estatal y municipal pertenecen a las mismas fuerzas políticas que los encumbraron, y muy parecida porque en el caso del basurero lo siguen utilizando como mecanismo de presión y de denostación contra la autoridad municipal. Pero a ver ahora quién se las cree.
En un escenario inédito como el que nos está tocando vivir al respecto de la basura de Oaxaca, hay quienes demandan que vayan las fuerzas policiales a levantar al grupo de inconformes, sólo que no dicen que son los mismo que están listos para de inmediato llamar represor a quien haya tomado tal decisión y con ello pretender desestabilizar una vez más al estado. Pretexto es los que están buscando.
Por otra parte se comenta que no hay oficio político de parte de quien encabeza las negociaciones por parte del gobierno estatal, no coincido; y es que como lo he sostenido la ley no se negocia, ésta simplemente se acata. Si ellos quieren que sean otros quienes entren como Regidores, pues que justifiquen y fundamenten el por qué de su petición, pero que lo hagan antes las instancias correspondientes y no jorobando a un pueblo que hoy lo que pide es que se termine con éste tipo de acciones que no sólo afectan la salud de propios y extraños, sino que adicional dilata la reconstrucción del tejido social por todos anhelada.
La basura de Oaxaca ha sido un gran negocio para quienes se han acostumbrado a vivir de ella; pero que hoy nos demanda a todos una actitud responsable que pasa por evitar tirar nuestros deshechos en la calle, colocar nuestra basura en bolsas perfectamente cerradas y conservarlas en un lugar adecuado en tanto se restablece el servicio y primordialmente el demandar que no se ensañen con un pueblo que votó el pasado 4 de julio contra esos actos de presión en donde se toma de rehén a una ciudadanía que nada tiene que ver con lo que está en la mesa de negociación. Si algunos se acostumbraron a vivir entre la basura, pues nuestro respeto, pero nosotros no. Depositemos la basura de Oaxaca en el lugar que le corresponde.