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¿Y quién va a hacer la nueva Constitución de Oaxaca?
Ungir, v. i. Engrasar a un rey u otro gran funcionario que ya de por sí es bastante resbaloso (A. Bierce)
La apatía y su beneficio al poder
OAXACA, Oax. 5 de mayo de 2015.-Estamos a un mes del cierre de las campañas para renovar la Cámara de Diputados en nuestro México tan abatido, y para que en algunos otros estados cambien los nombres en las puertas de oficinas de los diferentes niveles de gobierno.
Y al mes del cierre de las campañas, las y los candidatos parecieran no levantar el vuelo, en todo el país.
El vox populi replica lo que algún falso gurú declaró al inicio del proceso electoral “esta será una elección enmarcada por la baja participación del electorado” (silencio absoluto), ¡pues claro!, las estadísticas no mienten, cada elección intermedia registra una menor participación de los votantes.
En Oaxaca, tan sólo en el Distrito electoral número 1, con cabecera en San Juan Bautista Tuxtepec, de 1997 al 2009, ha mantenido una participación superior al 40 por ciento en las elecciones intermedias, el resto de los distritos promedia un 35 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE).
Pero, aquí llama la atención de la poca participación, ¿a qué se debe?, aparte de los pésimos spots de campañas y de reciclar apellidos y nombres —que sin duda fomentan la poca participación—.
Pierre Bordieu, en su texto La Reproducción, nos habla de la teoría de la violencia simbólica. Aquella que forma parte de una estrategia que perpetua esquemas de poder, caracterizado por los roles sociales, estatus, posición social, lo que el francés denominó los campos y los habitus.
En otras palabras, ¿Son las elecciones intermedias una forma de violencia simbólica por parte del Estado hacia los electores?, por los resultados en las urnas, diría yo que sí.
Y es que, se le ha restado la importancia que tienen los diputados federales, alegando el elemento de “proximidad”, el grupo dominante ha utilizado los medios que sean necesarios para perpetuarse en el poder.
Pareciera que los legisladores federales son irrelevantes para los votantes, sin embargo, es tan importante saber elegir a un representante, toda vez, que es en la Cámara de Diputados dónde se discuten y aprueban los presupuestos para los estados, sí, el dinero que cada año recibe la entidad, la determinan esas mujeres y esos hombres por los cuales, pocos votaron.
Son las y los legisladores, quienes tienen en su encargo el aprobar las reformas que tanto revuelo causaron al inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, y son las y los mismos quienes tienen en su encomienda el hacer las leyes necesarias para que dichas reformas funcionen.
Es en la Cámara de Diputados donde se recibe y responde al informe del presidente de la República y es ahí donde se hacen las críticas hacia políticas del gobierno federal y de las entidades, es tan importante el papel de las legislaturas en San Lázaro, que son sus integrantes quienes le dan legitimidad al presidente electo o electa, con la toma de protesta.
Y a pesar de ello, al electorado le parece pecata minuta quiénes los represente en la Cámara de Diputados.
Recordemos que nos falta un mes para cerrar estas campañas y que no podemos permanecer en una sociedad aletargada, apática. Tampoco podemos anular nuestros votos, pues lejos de mostrar el encono de una sociedad, servimos a un sistema de partidos a su perpetuación. Votar es nuestra mejor arma y participar es avanzar un poco más allá del acudir a las urnas. Y por ello, este 7 de junio, hay que pensarlo.
Twitter: @argelrios