Diferencias entre un estúpido y un idiota
Patriota, s. El que considera superiores los intereses de la parte
a los intereses del todo.
Juguete de políticos e instrumento de conquistadores.
(A. Bierce)
OAXACA, Oax. 15 de junio de 2015.- En México, las recientes elecciones dejaron gran material para el análisis desde la intención del voto para la renovación de autoridades en los estados, el impacto mediático del Partido Verde Ecologista de México en las urnas, la reestructuración política en el país, la legitimidad de los órganos electorales -principalmente el Instituto Nacional Electoral (INE)- y la presencia de las candidaturas independientes, desde Kumamoto en Jalisco hasta Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ en Nuevo León.
En este caso, sin duda ‘El Bronco’ es quien ha acaparado los reflectores, pues llegó a la gubernatura de Nuevo León con un porcentaje de 48.82 por ciento, muy lejos del 23.85 por ciento alcanzado por su contendiente Ivonne Álvarez.
Y con la llegada de ‘El Bronco’ al poder, surgen en el país esperanza por parte de muchas mujeres y hombres que no encuentran ya representatividad al interior de la partidocracia, que han determinado votar más por la persona que por los colores que representa, una aspiración -me parece- muy justa.
Sin embargo, es aquí también donde surgen aquellos personajes que han vivido como rémoras del poder y han encontrado en la necesidad de hombres y mujeres el motor para llevarlos a puestos de conveniencia, donde reparten dinero y no educan o permean proyectos, sino más bien en esa repartición de las dádivas de su presupuesto, mantienen una sumisión económica hacia los sectores más necesitados.
Y hoy, ya salen anunciados como los futuros ‘broncos’.
Pero vamos por partes.
Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ llega al poder en Nuevo León, pero no sin antes haber estado en diferentes partidos políticos, el último precisamente el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que al no darle la candidatura para su estado, decidió renunciar.
En los círculos empresariales en Nuevo León, se comenta que Jaime Rodríguez ha estado muy ligado a Alejandro Junco de la Vega -presidente del Grupo Reforma- y con Federico Arreola, director y propietario de SDPNoticias, quienes han sido elementos fundamentales para el posicionamiento del hoy gobernador electo, basta ver su presencia en ambos medios, uno con las encuestas y el otro con el trabajo en redes sociales.
Jaime Rodríguez llega también con una historia de violencia que causa empatía y coraje de los regios, asumirá el poder con un porcentaje histórico y con una legitimidad impresionante.
El personaje convertido en candidato, llega con un discurso trabajado, nada es improvisado, maneja bien el leguaje populista -no por ello quiere decir malo- pero sabe qué decir y en qué momento hacerlo… vamos, está muy bien asesorado.
Ha utilizado la bandera de luchador contra los poderes fácticos y prueba de ello, la lucha contra las televisoras y su declaración viral a Televisa.
Jaime Rodríguez ha generado una expectativa muy grande y la prueba de fuego serán sus primeras acciones y el primer año de gobierno, entonces se podrá hacer un análisis sobre sus ligas e ideales. En el ejercicio del poder recae el reto de su independencia.
Aspiramos a mucho y soñamos más cuando Jaime Rodríguez habla de nuevas formas de comunicación política, de nuevos elementos de gobernabilidad, de nuevas estrategias para la consolidación de la democracia, pues ello se vería reflejada en campañas y candidaturas más cercanas a la realidad y con mayor esperanza.
En Oaxaca, hay personajes que pretenden vender la imagen de redentor y comienzan ya su “estrategia en medios” para posicionarse como un futuro candidato independiente cuando siguen ligados a un partido político, dejando de manifiesto que su interés va primero, es decir, si mi partido no me apoya, entonces iré de independiente. Ello no es ser muy libre que digamos, más bien comodino o como dije anteriormente rémora del sistema.
En fin, se vienen momentos trascendentales para la política mexicana y para cada uno de sus estados.
Oaxaca será el punto de análisis y referencia de lo que se espera sea la transformación de la forma de hacer política, de alejarse de los partidos y acercarse a los ciudadanos, de establecer una relación con hombres y mujeres sin distinción y generar las famosas “sinergias” que beneficien a todos los sectores y comience una revolución de ideales sin más armas que el bien común.
Lo cierto es que del Bronco a la bronca, hay una línea muy delgada.