Economía en sentido contrario: Banamex
Oaxaca, Oax., 21 de septiembre de 2009 (Quadratín).- En fechas recientes tuve la oportunidad de compartir con el presidente estatal del PAN una mesa de análisis frente a estudiantes universitarios.
Ahí, de manera transparente, Carlos Moreno adelantaba lo que esta semana trascendió en diarios locales: que la unión del agua y el aceite era posible en emulsión. Más allá del yerro de circunscribir el fenómeno al campo de la física, cuando en realidad todos lo aprendimos en nuestros cursos de química, tuvo que aceptar la evidencia de que el PAN y el PRD sí son como los líquidos que bajo ninguna circunstancia pueden mezclarse, inmiscibles pues. Cuauhtémoc Cárdenas había ya adelantado, con su gran autoridad moral de por medio, el sin sentido de las pretendidas coaliciones electorales de cara a las elecciones locales del próximo año, puso de moda por llamarle de alguna forma- el debate en torno a las imposibilidades ideológicas. Que el pragmatismo ha marcado con su sello el devenir político de los últimos tiempos, lo sabemos de sobra. Pero nadie de peso se atrevía a sostenerlo abiertamente, ni en medios tan socorridos como Televisa y TV Azteca. El descrédito de los políticos y consiguientemente de la política en prácticamente todas las mediciones de preferencias y fobias ciudadanas, se ha reflejado en desinterés más que en repudio y en esa indiferencia reposa el germen del pragmatismo que, a sus anchas, han establecido nuestros políticos en las dirigencias de los partidos a la hora de tomar definiciones olvidando el espíritu que la constitución reserva para la política en su artículo 41 que a la letra dice: Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la representación de la representación nacional y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los PROGRAMAS, PRINCIPIOS e IDEAS que postulan
. Aquella mañana pregunté al dirigente panista la solución que iban a dar a temas como el aborto, las sociedades de convivencia o la diversidad sexual a la hora de sentarse con los partidos de izquierda para preparar la plataforma electoral que la ley exige para registrar candidatos a cargos de elección popular. Su respuesta tomó por sorpresa al auditorio. Dijo que en la plataforma iban a privilegiar sus coincidencias, no sus antípodas. Que se trataba de lograr una transición y que en su búsqueda esos no eran temas. Que el aborto no era tema, pues. Más tardó el público en asimilar la frívola respuesta que la realidad en imponerse incontestablemente. PRI y PAN aprobaron en el congreso del estado la reforma constitucional que garantiza el derecho a la vida desde la concepción, que no es propiamente una ley antiaborto, pero si un candado para su despenalización. La iniciativa fue de Perla Woolrich, connotada e histórica militante panista, que por algún acuerdo político ganó el apoyo del PRI y la oposición unánime del PRD. LA misma responsable del área de derechos humanos de partido del sol azteca anunció en conferencia de prensa la intención de echar abajo esa reforma. Una de las cualidades de las leyes es que son susceptibles de modificación, merced al mismo proceso legislativo. No son inmutables. Y merced a ello es que el nuevo artículo 12 constitucional pareciera obedecer a una magistral jugada política tendiente a evidenciar la volubilidad de nuestros actores de oposición. Quienes hoy no pueden ponerse de acuerdo en una reforma legislativa pretenden hacer causa común en 2010 para sacar al PRI del gobierno estatal. Lo cierto es que el aborto sí es tema y será interesantísimo conocer las respuestas de los candidatos a diputados de la futura coalición cuando su electorado les pregunte su postura respecto a la permanencia de esta reforma. ¿se sigue tutelando el derecho a la vida o se legitima la decisión de las mujeres sobre sus cuerpos? Habría que escuchar las respuestas de los candidatos perredistas de los distritos de la costa y las de quienes habrán de competir por el centro de militancia panista? El eclecticismo será una mala decisión y evadir el tema será poco menos que imposible.