El entrenador triqui
Oaxaca, Oax. 24 de enero 2011 (Quadratín).- Nos acercamos al aniversario número 82 del PRI y su situación en Oaxaca refleja más incertidumbre que certezas. Dejó de ser gobierno y hoy por hoy se rehúsa a ser oposición responsable. Rehén de voluntades caprichosas, carece de rumbo y se encuentra abstraído en sí mismo, olvidando su importantísima función social. Mientras los priistas se encallejonan en un diálogo de sordos entre quienes se quieren quedar y quienes desean que se vayan, las cosas en el Oaxaca real no andan para nada bien. El nuevo gobierno también carece de brújula y se percibe como buzo en tierra. Homicidios de autoridades municipales, asaltos, secuestros, funcionarios del gabinete sin título profesional, retenciones de servidores públicos, tomas de palacios municipales y una difícil situación económica reflejada en el bolsillo del ciudadano común, son la constante en los espacios noticiosos.
Un régimen democrático se explica en función de la diversidad, de la otredad (elocuentemente tratada por Antonio Machado). El oxígeno de las democracias es la oposición, la confrontación de ideas, el contraste de argumentos. Criticar constructivamente tiene que ser el rumbo del PRI y esta crítica requiere de la formulación de un amplio pronunciamiento como alternativa al Plan Estatal de Desarrollo concebido por el gobierno en turno.
Lejos de eso el PRI se encuentra ensimismado, ausente y comienza a verse su escudo con más frecuencia en los medios, como un gigante polvorón tricolor. La división es su carta de presentación y cada semana se levantan voces que lo agrietan más. Para una disputa son necesarias dos pretensiones; y pareciera que las que en este momento se oponen no están dispuestas a ceder.
Estamos ante un frente en crecimiento, constituido por varias corrientes que se opone a la estructura en funciones que encabeza Eviel Pérez Magaña y que aglutina al Comité Directivo, sectores, organizaciones, movimiento y organismos especializados; estructura que se reproduce -en teoría- en todos los municipios del estado, pero que en la práctica ha mostrado insubsistencias históricas.
Se habla en la actualidad del PRI como otrora poderoso, pero reconocer debemos que sigue siendo la institución partidaria más importante de Oaxaca. Sin las coaliciones, alianzas y frentes como instituciones de derecho electoral, el PRI seguiría sin problemas al frente de los gobiernos que ha perdido y lo mejor que le puede pasar al PRI es el reencuentro de la unidad. Los priistas no dejan de ser ciudadanos y como tales están cada vez más informados. Desde hace mucho tiempo los priistas han tenido un criterio propio para juzgar lo que ha pasado y sigue pasando dentro del partido, para ponderar la relación entre dirigentes y militantes, para evaluar las componendas entre priistas de primera, para dimensionar el manoseo que de los estatutos se ha hecho, pero la gran diferencia es que al parecer no se lo piensan guardar más. El PRI está en rebelión por una simple y sencilla razón: con la partida de Ulises gobernador, se extendió la visión patrimonialista del partido. El PRI ya no es del gobernador en turno y la dirigencia. El PRI es de todos y todos merecen su parte alícuota. Esa estimo- es en esencia la democracia partidista. No basta con cambiar nombres y rostros para seguir igual. Un cambio de prácticas, el retorno al respeto de los estatutos y la reconsideración de la declaración de principios devolverán al PRI su rostro humano, de carne y hueso.
Al PRI le urge el oxígeno de su membrecía (para usar la terminología de Duverger) y para aprovecharlo necesita prescindir de su mordaza. La diatriba, la infamia y la ofensa balcón a balcón desde las redes sociales en internet demuestran solo el nivel de quienes a ello recurren. El twitter, incluido el que se genera desde la comodidad de la curul o el escaño, salvo honrosas excepciones y la maquiavélica utilización del facebook presentan a un PRI que dejó de tener al adversario fuera. Una implosión es lo que espera la clase política anti PRI en vísperas de la elección presidencial de 2012 que puede devolverle al partido histórico de México la esperanza de ser nuevamente alternativa de gobierno en Oaxaca.