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Imparte INEA taller de alfabetización al SNTSS Oaxaca Sección 28
Oaxaca, Oax., 28 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Son amigos del PRI. Fue la textual declaración del Diputado Eviel Pérez a Sofía Valdivia en su espacio radiofónico. Eviel se refería a quienes él considera como disidentes. Disidentes del PRI, no somos. Disidentes del movimiento que él representa, tampoco. Somos simple y llanamente una parte significativa y en ascenso, de la base social del PRI en Oaxaca que no está de acuerdo con la forma en que se sigue conduciendo nuestro partido en Oaxaca.
La disputa no es entre los priistas. Es entre proyectos diferentes de partido: el proyecto del continuismo y el proyecto de la renovación. Eso no lo acaban de entender. No somos amigos del PRI; somos priistas y entre los priistas aquí sí aplica- somos indefectiblemente amigos.
Es una trampa discursiva la que pretende dividir a los priistas en buenos y malos. Trampa que, no han caído en la cuenta, beneficia solo a nuestros adversarios políticos con siglas y colores diferentes. El PRI es uno solo. Lo que está en crisis es su dirigencia institucional, que debiera cumplir una doble condición: legitimidad legal y política.
Leí con atención el artículo de opinión del maestro Isidoro Yescas y difiero sólo en un punto. En el frente renovador no están solo aquellos que presumiblemente jugaron en contra o se abstuvieron de apoyar a Eviel como candidato, están además quienes queriendo aportar dentro de la propia campaña fueron marginados en todas las regiones de Oaxaca. Mujeres y hombres que después de la derrota, quedaron olvidados y quienes del sentimiento de agravio pasaron a la emoción por construir un PRI diferente. Nosotros sí queremos un PRI para todos, un PRI renovado, un PRI fuerte, un PRI que vuelva a ser competitivo en Oaxaca sin mediar pretextos de sumas aritméticas; en una palabra, un PRI que vuelva a estar cerca de la gente.
Eso es lo que nos anima, no el ánimo de reñir. Estamos listos para 2012 y vamos a ir todos desde el interior del estado. Hay decenas de miles de priistas que no han tomado partido. Algunos por prudencia, otros por miedo a equivocarse. Aquí nadie se habrá equivocado y en breve con un nuevo liderazgo reconocido legalmente, a plenitud y sin ambigüedad en las declaraciones iremos a construir parte de la victoria de 2012. El escenario se sigue construyendo.
No pedimos la exclusión de nadie, mucho menos expulsiones como las que del lado evielista se pretenden incentivar, según trascendió en nota del pasado martes en el Imparcial de Oaxaca. Queremos la inclusión de todos y todas en un nuevo pacto con la sociedad. Se nos ha olvidado que no solo los priistas votan.
No queremos volver a ser beneficiarios del abstencionismo en elecciones intermedias. Queremos ganar, como se gana en otros estados. ¿Cuál es la clave? Un liderazgo que aún no tenemos.
El desencuentro entre los dos grupos ya se ha ahondado y las campañas anticipadas al congreso de la unión han contribuido al desgaste del PRI. Se ha convertido el de las candidaturas en un juego de suma cero: no ganan todos sus actores. Ganan unos, a costa de la pérdida de otros. Sabemos bien quienes ganan y quienes pierden. Terceros en discordia son seguramente soluciones que han sugerido con seriedad al próximo presidente de México.
En el PRI no debe existir temor a la división, mucho menos a la expulsión. Los grupos seguramente habrán de ponerse de acuerdo, si y solo si llegan a entender la política como un juego de suma variable: aquel en que todos ganemos. Si no, no hay problema; Enrique Peña Nieto les hará entender.
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