Moisés Molina / La X en la frente / Moreira en Oaxaca

Oaxaca, Oax., 25 de abril 2011 (Quadratín).- Hay quienes acusan indolencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Los hay quienes perciben una escrupulosa estrategia. Lo cierto es que la falta de un pronunciamiento categórico respecto de la situación que priva en Oaxaca está dejando sentir sus efectos sobre la institución, más allá de sus actores y de sus grupos.
En una suerte de federalismo partidista, el CEN debe acudir en auxilio ya no de los Comités Directivos Estatales, sino de los priistas de las entidades federativas que no pueden, por sí, encontrar acuerdos. Hay priistas que están por una nueva dirigencia y priistas partidarios de que quienes ocupan las oficinas de Santa Rosa, permanezcan ahí. Hay quienes arguyen legalidad y legitimidad política de quienes se ostentan públicamente como dirigentes; y quienes han acudido a las instancias jurisdiccionales para buscar “justicia”. Todos los anteriores son los menos.
En medio, en la inmovilidad política, queda la inmensa mayoría de los priistas que ni han “comido” por entero del gobierno, ni de las prerrogativas que la ley garantiza a los partidos políticos para sus sueldos; apasionados de la política que saben ganarse la vida en el ejercicio de sus profesiones u oficios. En ellos es en quienes se debe pensar para, independientemente de nombres y de membretes, sentar las nuevas bases del PRI en la nueva realidad política de nuestro estado. El PRI ha dejado de ser el hijo predilecto del gobierno y urgen medidas que le permitan recuperar “el poder”. A fin de cuentas, es uno de los fines de los partidos al competir por el poder político.
Es insostenible, en un escenario de derrota electoral y derrotas políticas en el legislativo, permanecer con un diseño y prácticas partidarias como si siguiésemos siendo gobierno.
Las crisis se superan tendiendo puentes y en esta encrucijada, los puentes los debe tender el CEN al más alto nivel. Queda probado que localmente es imposible. La polarización de las posturas es álgida y hay quienes de plano desconocen la existencia de un CDE en Oaxaca. Lo grave del asunto es que las disputas dejan de estar en los grupos y contaminan a la militancia que, en no pocos casos, omite tomarlo con madurez y comienza el denuesto de sus iguales, con agravios incluso personales. Ese no puede ser el camino del PRI, ni el destino de las nuevas generaciones de priistas.
El nombramiento y urgente presencia del nuevo delegado del CEN en Oaxaca cuyas cartas de presentación sean la imparcialidad y la disposición al diálogo sin exclusivismos; la revisión de los órganos de dirigencia: asamblea estatal, consejo político estatal (con todas sus comisiones) y comité directivo estatal (incluidos sectores y organizaciones), garantizando una verdadera pluralidad en su integración; la pronta expedición de la convocatoria por parte del CEN para elegir un nuevo comité directivo estatal, que de oportunidad de competir, incluso a quienes se ostentan públicamente como dirigentes; la construcción de una nueva relación del PRI con el gobierno, como oposición responsable en beneficio de los oaxaqueños; la rendición de cuentas de servidores públicos con militancia priista; facilitar el relevo generacional en cargos de dirigencia y candidaturas a cargos de elección popular; el respeto irrestricto a porcentajes de jóvenes y mujeres en nuestros procesos de democracia interna; y el redimensionamiento de la función educativa y de desarrollo político del partido, son algunas de las medidas cunden en el ánimo de la militancia.
Se hace urgente un llamado a los miles de priistas de Oaxaca a mantener la calma, a ventilar en todos los espacios públicos y privados, las naturales diferencias de opinión con respeto y tolerancia. Siempre que se lastima a un militante en su dignidad y en su integridad, se está lastimando, sin querer, a una gran institución. El PRI, contrario a lo que parezca en este tiempo convulso, nos necesita a todos y en su momento todos habremos de confluir nuevamente en torno a un liderazgo que, como lo hemos externado en repetidas ocasiones garantice unidad, certeza y rumbo. Necesitamos a la brevedad un PRI listo para recibir como se merece a nuestro presidente Humberto Moreira. Ya es tiempo de que se anime a visitarnos.
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