Inicia el adiós de los órganos autónomos
Oaxaca, Oax., 27 de abril de 2011 (Quadratín).- La inseguridad y el desempleo son dos problemas muy importantes en nuestro estado que inciden directamente sobre el índice delictivo al igual que la impunidad y corrupción, para controlar y disminuir este índice es necesario primero combatir estos dos fenómenos.
Hay que luchar por establecer la cultura de la legalidad y erradicar la de la impunidad, de lo contrario, conllevaría un alto costo para la sociedad y el estado de derecho, especialmente, cuando estamos ante un gobierno de alternancia, donde a todas luces resulta imprescindible fortalecer a las instituciones y como consecuencia la democracia.
No hay que olvidar que la impunidad trae aparejada la ingobernabilidad.
Los hombres y mujeres de Oaxaca deberán tener la plena certeza que los individuos, movimientos sociales u organizaciones civiles que no respeten el estado de derecho y violen las leyes, serán sancionados, hay que abatir la cultura de la impunidad.
Las personas que delinquen en este estado tienen que tener la absoluta certeza que se les aplicará todo el peso de la norma. Se debe romper con la falsa creencia que cualquier persona puede ejercer la delincuencia y transgredir la ley, y no habrá quien la detenga.
En Oaxaca se aplicarán las leyes con equidad y sin distingos a los individuos por igual. Todos los estados, incluso las democracias más avanzadas tienen en sus sistemas de procuración y administración de justicia, mecanismos que incluyen el uso de la fuerza pública para efectos de investigar los delitos y someter a los individuos que transgreden el estado de derecho.
Las personas no deben ni remotamente pensar que si delinquen lo harán con absoluta impunidad y más tratándose de delitos que laceran terriblemente a la población en general, como son los delitos sexuales en especial, las violaciones y la privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, que atentan contra la integridad, la libertad física y sexual e incluso algunas veces contra la vida.
Este tipo de delitos menoscaban la calidad de vida de niños, hombres y mujeres de Oaxaca al no poderse desplazar con total libertad y seguridad en sus comunidades.
Que la cultura de la impunidad no afecte a la niñez y juventud oaxaqueña que son el futuro de Oaxaca.
Hay que evitar los linchamientos al máximo, que el pueblo quiera hacerse justicia por propia mano, por falta de confianza en que las instituciones cumplan con su deber.
El estado tiene la responsabilidad de proteger a los ciudadanos y aplicar el derecho, porque al hacerlo cumple con el objetivo primordial para el que fue creado, brindar seguridad y justicia.
En una democracia en transición el estado sabe que tiene que convencer a los ciudadanos con acciones contundentes e inmediatas que protejan y beneficien a todos los grupos sociales para que el gobierno no pierda credibilidad ni sea rehén de los intereses perversos de nadie.
La gente está dispuesta a ceder el monopolio de la fuerza pública, pero las instituciones de seguridad pública, procuración de justicia y administración de justicia deberán explicar que acciones proponen y cómo las implementarán y evaluarán para efectos que tengan una audiencia receptiva en la sociedad y se legitimen.
No hay que olvidar que la impunidad trae aparejada consigo la ingobernabilidad, y la sociedad es la primera en no estar dispuesta a tolerar ésta.
Fuente foto: Internet