Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Uso de razón
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de mayo de 2016.- Morena va a ganar de calle la Ciudad de México el 5 de junio y en 2018, dice la encuesta de El Financiero publicada el lunes.
Le creo a pie y juntillas, porque PRD, PRI y PAN se han dejado comer por Morena.
Va a ganar Morena en la Ciudad de México por el factor López Obrador, de quien solo se recuerdan sus aspectos positivos de cuando fue Jefe de Gobierno.
Todos los partidos se equivocaron con López Obrador. Lo subestimaron. Y les comió el mandado.
Vean nada más los números: el partido de AMLO le saca más del doble al PRD en intención de voto para la Asamblea Constituyente.
En la intención de voto para Jefe de Gobierno, Morena gana con quien sea y a quien sea.
Morena gana –por poco, pero gana- hasta con Claudia Sheinbaum como candidata a Jefa de Gobierno.
Sí, la misma de los oscuros segundos pisos y el distribuidor vial de San Antonio. Ganaría hasta con Sheinbaum, la ex funcionaria capitalina que viajó a Europa con su marido, con los gastos pagados por el contratista Carlos Ahumada Kurtz.
Ahí ha estado el problema del PRD, PRI y PAN. Dejaron sin marcaje a AMLO y a sus cercanos, y ahora los dobla en la CDMX y encabeza las preferencias a nivel nacional rumbo al 2018.
Los gobiernos de Felipe Calderón y de Peña Nieto, y sus respectivos aparatos partidarios, optaron por la estrategia de no tocar a López Obrador con el falso supuesto de que hacerlo lo iba a inflar.
“Ya no hablen de AMLO, eso le da más fuerza”, decían en los partidos y en los gobiernos. ¿Ah sí?
Miren el resultado. Lo dejaron proclamarse “presidente legítimo”, clausurar Reforma, recorrer el país en la difusión de mentiras y siembra de odio, sin una respuesta política a su accionar.
“Déjenlo, está loquito, ya no gana”. ¿Loquito? Mírenlo en la cima de las encuestas rumbo al 2018.
Y en la capital del país su partido, surgido de su “locura”, le gana dos a uno al segundo lugar.
Nadie se acuerda de la enorme corrupción en el gobierno de López Obrador, en que el DF se puso a la cabeza del corruptómetro nacional.
Nadie se acuerda de la colusión de policías y criminales en su gobierno.
El auge del secuestro y la inseguridad.
Los viejitos insolados en el Zócalo porque tenían que ir a los mítines de AMLO o les ponían tache en la lista al pie del autobús.
La secrecía del padrón de ancianos beneficiados con programas sociales, para manejar discrecionalmente ese presupuesto.
Y nadie se acuerda porque nadie se los recuerda.
Con los números de las encuestas a la vista, muchos empresarios de la comunicación no van a querer tocar a López Obrador de aquí a las elecciones.
A él sí le tienen miedo. Al PAN y al PRI no, porque son demócratas.
Dos a uno arriba Morena en la CDMX. Y AMLO en punta para el 2018.