
Conmemoran la Samaritana con identidad propia en Oaxaca
OAXACA, Oax., 8 de marzo de 2016.- Las señoras Amparo Cinco López y Antonina Juárez Ramírez no descansarán este martes aunque sea Día Internacional de la Mujer; saben que cada día deben de trabajar para llevar el sustento a casa, pese a cada día consigan menos con el sudor de su frente y el cansancio de sus manos.
Doña Antonina Juárez Ramírez se levanta todos los días a las 5 de la mañana a lavar su ropa y la de sus dos hijos universitarios. Se apura para empezar a laborar vendiendo tortillas, actividad que le ha permitido sacar adelante a sus hijos.
“Lo poquito que gano es para el pasaje y comida de mis hijos; medio comemos frijolitos y nopalitos, ya que no hay para carne”, detalló.
Doña Antonina sabe bien que el dinero no alcanza, por lo que está contenta de que sus hijos estén becados y pueden apoyarse en sus gastos de la escuela.
Este 8 de marzo no será diferente, ella tiene que trabajar para conseguir ese dinero y que sus hijos puedan comer e ir a la escuela. Pero ella lo hace con gusto, con la esperanza de que ellos puedan tener mejores oportunidades en esta vida, que “cada vez se pone más difícil”.
Doña Amparo Cinco López tiene 85 años y desde hace más de 30 trabaja vendiendo dulces frente a la escuela ‘Rafael Ramírez Castañeda’, en la ciudad de Oaxaca.
De sus tres hijos, el menor tiene ya 60 años, y ella vive con una nieta a la que apoya con los gastos del hogar juntando un poco de la venta de sus dulces.
Doña Amparo comenzó a trabajar luego de separarse de su marido, un hombre que bebía mucho.
“Los dulces cada vez más son más caros y las ventas, bajas”, suspira Doña Amparo, quien sabe que a sus hijos les enseñó con el ejemplo el valor del trabajo, su mejor regalo.