Prosperidad Empresarial Compartida
Signos y Señales
MÉXICO, DF., 11 de enero de 2016.- La primera semana de 2016 siguieron las malas noticias para el futuro económico del país, sobra repetir lo que sucede al tipo de cambio, al precio del petróleo, el balance entre la caída del volumen de producción y las mejores expectativas de producción para 2018. La migración ha sido tan alta que las remesas significan ya un ingreso tan importante como los ingresos del turismo y de las exportaciones petroleras.
Las economías regionales no tienen buenas perspectivas. Quizá el esquema de Zonas Económicas Especiales pueda ser muy útil para algunas, como la del sur sureste, tan abatida social y económicamente.
2016 es un año electoral, se renuevan más de una tercera parte de las gubernaturas del país, en algunos estados con verdaderos problemas, tanto de carácter electoral, como sociales y de seguridad.
Ya en unos días se realizarán las elecciones de Colima, uno de los estados más pequeños del país, pero con problemas económicos, una deuda pública que ha crecido respecto a lo que se recibió en 2009 y por lo que se ve con mucha corrupción.
El año pasado se retomó el tema de la desigualdad, que es la contracara de la pobreza, igual que la impunidad lo es de la violencia y la corrupción. En ese sentido, sí ha habido un peso mayor del gasto social en el presupuesto, pero es insuficiente, dadas las condiciones de pobreza y el peso de la economía informal.
Como si fuera moda, mucho se habló del tema, cuando apareció el libro de Thomas Pickety publicado en México por el Fondo de Cultura Económica y de la investigación patrocinada por Oxfam, realizada por Gerardo Esquivel, entonces en el Colegio de México, hoy en la Facultad de Economía de la UNAM, sobre la desigualdad en nuestros país.
Muchos retos para 2016, como avanzar en el combate contra la pobreza y la desigualdad, sin que se requieran horizontes de décadas para abatirla, como resolver de fondo el problema de la debilidad de las finanzas estatales, como parar el camino hacía el centralismo total en el que vamos desde hace algunos años, como convertir realmente al municipio en un orden de gobierno, más allá de lo que diga el artículo 115 Constitucional.
Como revertir la baja histórica de las inversión pública en relación al PIB, o como recuperar la relación de sus mejores años; como hacer cumplir a todas las dependencias del sector público, incluidos los organismos autónomos que se amparan para evitarlo, con la totalidad de sus obligaciones fiscales, no sólo federales, sino de manera importante, las estatales y locales, como es caso del pago del impuesto sobre nóminas y el predial, que todavía hay quienes no lo pagan. Varias estados piden se cubra este impuesto, que forma parte del salario de los maestros, en el sector educativo.
Que bueno que se ha incrementado la inversión extranjera directa, en eso vamos bien, aunque aún no llegamos a nuestros mejores tiempos, ni hemos logrado rebasar a Brasil y tenemos a Chile, un país mas pequeño, muy cerca. Tenemos el reto de que lo que invierten los mexicanos en el exterior, se invierta en México.
Para ello, sin que parezca redundancia se requiere mayor inversión pública y fortalecer permanentemente el mercado interno. Retomar el federalismo fiscal y regresar facultades impositivas importantes a los estados.
En fin, el gran reto es mejorar nuestra competitividad, y fortalecer el estado de derecho como señaló en Oaxaca, Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Lo que ya nos queda claro es que hablar de política económica, no tiene sentido sin considerar la economía política.