
México y la semana aquimichú
Las propuestas de los partidos
OAXACA, Oax. 20 de diciembre de 2015.- Los partidos políticos tienen la obligación legal de entregar a la autoridad electoral, un documento llamado Plataforma Electoral, que los candidatos y los propios partidos deberán defender y divulgar a los ciudadanos en los procesos electorales. En cada elección deberán de registrar una nueva Plataforma Electoral en el entendido de que en cada proceso la realidad se ha modificado.
Si bien es cierto que candidatos y partidos no cumplen con la disposición legal de difundir su Plataforma Electoral, la cambian por frases más efectistas, en el entendido de que el argumento y la razón son menos atractivas que las frases efectistas, estas pueden motivar mejor al ciudadano a salir a votar por alguna expresión partidaria.
El argumento no lleva a los ciudadanos a las urnas mas sí las emociones, por eso, el ciudadano no se preocupa por revisar las plataformas que posiblemente lo haga razonar su voto.
Sin embargo, independientemente de esta problemática, en esas Plataformas Electorales, los partidos políticos expresan su manera de concebir la realidad que desean conservar, mejorar o destruir. Establecen sus estrategias, tácticas y políticas para ello, además establecen los medios e instituciones para alcanzar los objetivos planteados.
La Plataforma Electoral nos ayuda entender el tipo de pensamiento que guiará a un partido en caso de ganar y constituir un gobierno. Además de que en estos documentos existen ideas claves que hacen que el ciudadano bien informado decidir su voto.
Los intereses de los ciudadanos son variados y múltiples, lo que considere de interés en las Plataformas Electorales pueden no importarles a miles de ciudadanos, sin embargo, me gustan las ideas que expresan los cambios necesarios dada una realidad que se considera de una situación de injusticia.
Que tal idea sea innovadora y revolucionaria, pues de lo que trata es no sólo interpretar la realidad sino de transformarla de acuerdo a la décima primera tesis sobre Feuerbach de Carlos Marx.
Todos los partidos políticos que compiten en estas elecciones están de acuerdo que el Estado oaxaqueño es de injusticia y de grandes desigualdades, difieren desde luego, de los medios para mejorarla. Aquí vale la pena señalar algunas ideas innovadoras sobre esta problemática de injusticia y de desigualdad que se presentan en las Plataformas Electorales. En estricto orden de registro presentamos algunas ideas relevantes.
El Partido Acción Nacional presenta una idea muy interesante que puede ser clave para mejorar la vida de millones de indígenas en nuestro Estado: empoderando a los pueblos y comunidades como sujetos autonómicos de su propia historia. Nos hace recordar aquellas Repúblicas Indígenas del siglo XIX oaxaqueño, que fueron clave para su propia existencia y de su resistencia ante el poder de los gobernantes oaxaqueños.
La Plataforma electoral de este partido establece:
“Oaxaca es un estado conformado por distintas etnias y culturas, por lo tanto es necesario promover el libre desarrollo de los diversos rasgos de la sociedad Oaxaqueña, en todos sus niveles y expresiones, sujetos a un marco de diálogo intercultural con total apertura, respeto y tolerancia. Si la soberanía emana del pueblo, en Oaxaca la soberanía del estado debe reflejar la diversidad de pueblos y comunidades que configuran la identidad oaxaqueña, por ello es necesario pensar en un modelo de soberanía democrática sobre la base de colectividades diversas. Esto lo lograremos fortaleciendo las diferentes autonomías en la búsqueda de una “inter – soberanía” más plural, con una nueva y más justa distribución del poder público, es decir, pensar en una soberanía apuntalada en las raíces e identidades culturales que den lugar a un nuevo federalismo democrático. El objeto de la justicia social es el desarrollo equitativo y el bien común, conjunto de condiciones reales que permiten la realización integral de todos. Si la justicia no se concreta en desarrollo para todos, es injusticia”( PAN. Plataforma Electoral 2016)
No podemos más que estar de acuerdo con las ideas de “promover el libre desarrollo de los diversos rasgos de la sociedad oaxaqueña” “sujetos a un marco de diálogo intercultural con total apertura, respeto y tolerancia”. La soberanía no deviene de un pueblo homogéneo, de individuos con las mismas capacidades políticas, no deviene del “Uno” sino de lo diverso, “soberanía democrática” le llama el PAN, acuñando un acertado concepto, esta soberanía democrática estaría sustentada en colectividades muy diversas.
De ninguna manera se está hablando de diversas soberanías, sino de una sola, pero diversa en su contenido. Por tanto, en el poder político, las instituciones del Estado, sobre todo en el Poder Legislativo, deben cobrar plena expresión esta pluralidad y diversidad de la soberanía.
La indivisibilidad de la soberanía fue una tesis de los pensadores modernos ante la necesidad de combatir la diversidad de la sociedad medieval, les estorbaban los comunes. No hay que olvidar que la victoria del Estado Capitalista moderno descansa sobre la derrota del municipio medieval. El Estado Nación, el Estado homogéneo fueron necesidades vitales de la acumulación originaria del capital.
La tesis del PAN evidencia un problema de teoría política fundamental, recupera una iniciativa política de desarrollo de movimientos comunitarios que sólo son posibles sino sobre la base de una política de la multiplicidad y de la singularidad.
Lo dice bien Maurizio Lazzarato: “La ontología pluralista implica una nueva forma de aprehender la política, porque describe las modalidades en las cuales las singularidades se componen y se descomponen, se unen y se separan, remitiendo a lógicas que, con el lenguaje de Deleuze y Guattari, podemos llamar mayoritarias y minoritarias”(Lazzarato, Maurizio. Políticas del Acontecimiento. Edit. Tinta Limón. Argentina, 2010, p. 34).
Tampoco las autonomías indígenas responden a una homogeneidad, su naturaleza está en la diversidad de las mismas, por eso se propone buscar en cada pueblo y en cada comunidad: la inter—soberanía. Con el único objeto de lograr una mejor y más justa distribución del poder público.
Esta distribución del poder responde a una nueva valoración de nuestro régimen político: construir desde las comunidades diferenciadas un nuevo “federalismo democrático” en base a identidades diferenciadas por la historia, por la cultura, por las reivindicaciones legítimas de pueblos y comunidades largamente dominados y colonizados.
Los movimientos reivindicativos de los pueblos y comunidades de Oaxaca, no se despliegan según la lógica de la contradicción, famosa en el pensamiento marxista, que desde luego el PAN no comparte, sino según la lógica de la diferencia, que desde luego, no anula el conflicto, la oposición, la lucha, sino que modifica sustancialmente la idea misma de conflicto o de lucha, según nuestro autor citado.
Esta novedosa idea del PAN no hay que dejarla desapercibida.