
Cómo enfrentar los riesgos de un golpe de calor
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OAXACA, Oax. 31 de enero de 2016.- La postulación de candidatos para gobernador del Estado oaxaqueño es un verdadero reto para los analistas políticos, el proceso tiene tantas aristas y asideros que se puede caer fácilmente en el más puro subjetivismo y olvidar el papel que debe realizar todo análisis que se aprecie de objetivo.
Con esta advertencia, procedo analizar el proceso de postulación de los candidatos de los principales partidos políticos. Existen factores que son determinantes en este proceso, tales como: El papel de las elecciones oaxaqueñas en el contexto de las elecciones presidenciales del 2018. Este factor determina la composición de las alianzas, de la postulación de los candidatos más idóneos y de su eficacia para ganar las elecciones.
Las alianzas electorales ya registradas del PRI, PVEM y PANAL, así como del PRD, PAN y PT, expresan claramente las intenciones de los partidos. Para el gobierno de la República ganar Oaxaca es prioridad para consolidar las reformas estructurales, sobre todo la educativa y detener el crecimiento electoral de MORENA. Por esta razón manifiesta su interés de la postulación del candidato más competitivo y el que menos pueda ocasionar rupturas del priísmo oaxaqueño.
La alianza entre el PRD y el PAN, de cara al 2018, significa la necesidad de conservar el gobierno para no profundizar la caída electoral de ambos partidos y poder ser competitivos en las elecciones federales.
Sin embargo, las fuerzas locales y de sus correlaciones obligan a decisiones mucho más concretas. Así, se tiene el papel que juegan los exgobernadores y el actual, en las definiciones de los candidatos, incluso en las definiciones de los candidatos de ambas coaliciones. Se trata de una lucha entre miembros de la familia revolucionaria y de sus rupturas durante el tiempo. Se puede afirmar que es pleito de familia.
Primero Heladio Ramírez que quiso intervenir a través de su hija Narcedalia Ramírez; Diódoro Carrasco interviene con José Antonio Estefan y Gerardo Gutiérrez Candiani; José Murat que intercede a favor de su hijo Alejandro Murat; Ulises Ruiz que está con Eviel Pérez Magaña y Gabino Cué que impulsa a José Antonio y a Gerardo Gutiérrez Candiani. Lo sintomático es que todos los exgobernadores y el actual tienen su raíz en el PRI. Desde luego, existe un comodín, Benjamín Robles Montoya, quien jugará un papel específico dependiendo de las postulaciones de ambas alianzas.
La postulación de las candidaturas de ambas alianzas es un juego de fuerzas entre los exgobernadores y el gobernador presente. Todos los precandidatos juegan un papel preponderante en esta relación de fuerzas entre los personajes mencionados. Así, tanto el Presidente de la República, que tiene mano en la definición del candidato priísta, como las dirigencias nacionales del PRD y PAN, tomarán las decisiones de acuerdo a esta correlación de fuerzas.
Pongamos un ejemplo hipotético para demostrar como se moverían las fuerzas de los exmandatarios y del actual. Si el PRI decide a postular al empresario Gutiérrez Candiani, por el pacto de unidad entre los precandidatos no habría escisiones formales en el seno del PRI, pero la posibilidad de los apoyos reales de muratistas y ulisistas podrían ser para el comodín, es decir, Robles Montoya. Los diodoristas y gabinistas estarían de plácemes, apoyarían a esta postulación.
Las dirigencias nacionales del PRD y el PAN pugnarían por la postulación de Robles Montoya. Aquí el bajo perfil del candidato de MORENA jugaría un papel fundamental: de apoyo para Robles Montoya. Con este ejemplo hipotético lo único que queremos demostrar es el papel fundamental que juegan en este proceso los exgobernadores y el actual mandatario.
Existe un tercer elemento que puede definir los perfiles más idóneos de los candidatos, nos referimos a la crisis de los partidos políticos y del papel fundamental de las características de los candidatos. Es indudable, que si un precandidato demuestra o ha demostrado aceptación en los ciudadanos durante sus presentaciones públicas y ha sido capaz de ocasionar una buena comunicación electoral y política, puede inclinar su balanza para ser postulado o postulada.
En tiempos de redes sociales, producir buena comunicación es vital, porque el voto duro de los partidos ha disminuido al mínimo. De esta manera las posibilidades de determinados precandidatos o precandidata pueden aumentar. Seamos, claros, el primer elemento de decisión lo otorga la seguridad del triunfo.
La importancia del 2018 en la elección presidencial, el papel de las fuerzas de los exgobernadores y del actual gobernante, de la importancia de poder comunicar en tiempos de redes sociales, son los factores que determinan la postulación de este o aquél candidato.
Una vez definidos los candidatos, los demás partidos que no se coaligaron juegan un papel preponderante, este puede ser el cuarto elemento a considerar en nuestro análisis. Estos partidos le pueden sumar o restar a las dos coaliciones, por estas sumas o restas pueden hacer triunfar a determinado candidato, los cerca de 400 mil votos que representan el conjunto de estos partidos son vitales para las coaliciones. Así, se sostiene que a mayor dispersión del voto beneficia al PRI.
Como es de observarse, es una desgracia para Oaxaca por ello, poco importa el perfil de posible buen gobernante que puedan tener los candidatos, sólo importa que sean buenos candidatos. Por eso cobra importancia lo expresado por el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, que interesa también la capacidad del candidato de su partido para gobernar y mantener un grado mínimo de gobernabilidad en el Estado.
¿Podría ser este el quinto elemento de decisión? Es indudable que Oaxaca es una pradera con hierba muy seca, falta la chispa para su incendio. A decir verdad, no todos los precandidatos tienen el perfil para evitar la explosión social, más bien algunos podrían ocasionar el adelanto de una crisis social.
Hay que recordar que el próximo gobierno no tendrá “un lecho de rosas”, viene un recorte brutal a los presupuestos del Estado oaxaqueño, como en todo el país, por la baja de los precios del petróleo, la subida del dólar y sobre todo, por la descomposición del sistema capitalista. En horizonte se anuncian los jinetes del Apocalipsis, se necesita, por ello, de un buen gobernante, que sea firme, muy seguro de sí mismo, que tenga una enorme voluntad de servir, que le devuelva la grandeza a la política, que tenga visión de largo plazo, saber donde ir ayuda a resolver los problemas del momento, pero sobre todo, un poco dosis de fortuna no le caería mal.
La necesidad más vital de nuestro tiempo oaxaqueño requiere del gobernante una cualidad más: ética en su ser como persona y moral en sus relaciones con los demás. Sin ética y sin moral del futuro gobernante de Oaxaca será un doble golpe para el pueblo. Una vez perdido y volver a perder, recordando una canción del cantante José Alfredo Jiménez.
Están próximas las definiciones de los partidos, la racionalidad, el bien del pueblo y no las pasiones deben de prevalecer en sus decisiones, cuestan muy caras las malas decisiones.