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Oferta electoral priísta
OAXACA, Oax. 3 de enero de 2016.- El Partido Revolucionario Institucional en su expresión oaxaqueña no ha gozado de autonomía durante su existencia, ha sido un instrumento de sus gobernadores y de sus presidentes de la República.
Durante el período de gobierno federal del Partido Acción Nacional se recrudeció el control de sus gobernadores. A la pérdida del gobierno estatal, tampoco el PRI fue capaz de obtener esa autonomía para cumplir con sus objetivos. Víctima de poderes que no nacían de su militancia, lo que pudiera plantear a los ciudadanos carecía de importancia.
El partido ha sido una maquinaria para ganar elecciones y no para expresar ideas, mucho menos ideas de buen gobierno, sin embargo, en este proceso electoral, por el empuje de sus jóvenes, se atrevió este partido a consultar a los ciudadanos en general y a especialistas en materia de gobierno, para ofrecer a los ciudadanos algunas ideas interesantes que vale la pena analizar, ideas que vienen contenidas en su Plataforma Electoral.
Regularmente, el candidato del partido, en la época de su hegemonía, en su recorrido por las diversas comunidades, municipios, regiones, en sus encuentros con diversos sectores sociales y de su relación con la autoridad federal, iba construyendo la plataforma de gobierno y de administración, así como dictaba su sello personal en el documento.
Las cosas cambian cuando el partido entra en una verdadera competencia por el poder público, tiene la necesidad de ofrecer a los ciudadanos su oferta de gobierno y de administración, incluso antes del inicio de la campaña. Puede ocurrir, que sería muy lamentable, que el candidato no tomara en cuenta las ideas contenidas en la Plataforma Electoral y formulara ideas al calor de las contingencias de la competencia.
No queremos decir que el candidato no formule nuevas ideas, sino lo que se desea es que no sustituya una Plataforma Electoral que no fue hecha en un escritorio sino que es producto de diversas voces de la militancia y de ciudadanos expertos.
Así, el candidato cometería un gran error si pasara por alto la propuesta de su partido de cambiar el régimen político imperante en Oaxaca, cambiar quiere decir el partido, de sustituir el actual por uno nuevo.
Desde luego, la oferta de cambio nace de un análisis riguroso del régimen actual, que para los priístas, en lo general, sufre de anomia, de debilidad institucional, poco funcional, sufre de descoordinación y altamente ineficaz, pero sobre todo, es altamente corrupto y corruptor.
Pero la necesidad del cambio, no es un acto sólo de voluntad, como lo entendieron los actuales gobernantes oaxaqueños, por eso el PRI establece una idea rectora, que implica un rediseño de gobierno, un nuevo contenido de la acción de gobernar, una nueva relación entre gobernantes y gobernados, un nuevo pivote de impulso para lograr eficacia de gobierno, un nuevo compromiso con la gran mayoría de la población, es decir, los indígenas.
El nuevo régimen político que ofrece el PRI es una estrategia de gobierno para lograr eficacia en la conducción de la población hacia un buen puerto que ofrezca igualdad y libertad para todos como condición mínima y como responsabilidad indispensable de todo servidor público.
Esta idea rectora de conducción del nuevo régimen para el PRI es la gobernanza. Durante los años setentas del siglo XX, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica le preocupó la inestabilidad de los países que estaban bajo su control, en sus crisis estos países podrían inclinarse por el bloque soviético, por ello diseñaron una estrategia de gobierno para cuidar la crisis de estos países, establecieron la estrategia que le llamaron gobernabilidad.
En sí misma la gobernabilidad parte de una necesidad de lograr el orden, así, sólo serán buenos gobiernos los que logran la estabilidad gubernamental, se trata de cerrar los ojos ante la gran verdad social: las sociedades son conflictivas por naturaleza de las cosas.
La necesidad de la gobernabilidad trajo consigo, por lo regular, a gobiernos autoritarios. En cambio, la estrategia de la gobernanza parte de la idea central que el gobierno actúa siempre en medio de conflictos, que la sociedad es un lugar de confrontación de intereses y de proyectos distintos, que en medio de todo, el gobierno debe de actuar con eficacia en medio de esa realidad conflictuada.
Aceptar la existencia del conflicto, para la gobernanza implica, aceptar con todas sus letras, de la necesidad del gobierno democrático. Para la gobernanza atender a una sociedad en conflicto es muy distinto a atender a una sociedad en gobernabilidad, se necesita de un diseño institucional, de una relación adecuada de las diversas instancias de gobierno, de un orden jurídico adecuado que atienda a las diferencias y no pugne por la homogeneidad son tan sólo algunas ideas que trae consigo la gobernanza.
En sentido estricto, la gobernanza implica calidad y eficacia de gobierno. Ahora cómo piensan los priístas lograr esto. En primer lugar, cambiar el entramado jurídico del Estado, empezando por la Constitución oaxaqueña, que dicho sea de paso, está de espaldas de la realidad del pueblo.
Pero no lo piensan hacer a través de una oficina de asesoría como es normal para estos casos, sino a partir de una amplia consulta a los ciudadanos. Para el PRI tiene que haber concordancia entre la realidad y el orden jurídico. Esto lo lleva a plantear de la necesidad de elaborar una nueva ley para los pueblos indígenas acorde a lo establecido en el derecho internacional y el artículo segundo de la Constitución General y de la consulta a los propios pueblos.
Este entramado jurídico implica la más alta participación de los ciudadanos, clave para el concepto de gobernanza para el partido. Sin participación de los ciudadanos en el diseño, elaboración, ejecución, control y evaluación de la gestión gubernamental, no existe gobernanza alguna para el PRI.
Gobernar un territorio tan especial como lo es Oaxaca, para lograr buena gobernanza, el PRI propone dos estrategias interesantes. En medio del reconocimiento de su pluralidad, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, deberán de coordinarse y organizarse de acuerdo a esa pluralidad. Se piensa de la incorporación de los ciudadanos indígenas en los asuntos de gobierno, por ejemplo.
El pivote de la gobernanza se empezará desde las comunidades y municipios, devolviéndoles toda la capacidad para resolver los problemas de sus poblaciones. Para el fortalecimiento de la capacidades de gobernanza de las comunidades y municipios, se establece la idea de la gobernanza regional.
Autoridad, territorio y derechos forman la trilogía de la propuesta de los priístas. Me parecen buenas ideas, habría que recordar que un buen planteamiento de un problema es la mitad de su solución, dicho esto por el gran pensador alemán Carlos Marx.
Sólo es deseable que su candidata o candidato no eche al cesto de la basura estas propuestas y se le ocurran otras, que pueden ser brillantes pero que no son de un esfuerzo colectivo.