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México no se arrodilla ante EU, ya está postrado ante el narco
Oaxaca, Oax., 2 de febrero de 2012 (Quadratín).- Los analistas políticos, definen al debate como un acto de comunicación en el que participan dos o más personas exponiendo las diferentes ideas en torno a un tema que resulta especialmente polémico y será más completo y complejo a medida que las ideas expuestas vayan aumentando en cantidad y en solidez de argumentación.
Entre las recomendaciones más frecuentes están los siguientes puntos:
No imponer el punto de vista personal, sino de convencer usando la exposición, la argumentación y la contra-argumentación.
Ser breve y concreto al hablar.
Ser tolerante respecto a las diferencias.
No subestimar al otro.
No burlarse de la intervención de nadie.
Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.
Acompañar las críticas con propuestas.
Articular correctamente los sonidos, empleando un tono de voz adecuado a la situación concreta de entonación y al contenido del mensaje (interrogación, exclamación, sonidos indicativos de fin de enunciación, pausas, etc.).
Se define una estrategia con argumentos sólidos para demostrar la validez de las afirmaciones u argumentos propios y para mostrar los errores del adversario o contrincante.
Pero después de conocer los que recomiendan los expertos, después de ver el debate entre los precandidatos de Acción Nacional a la Presidencia de la Republica, después de leer lo que el círculo rojo opina y leer lo que el ingenio mexicano es capaz de generar, es difícil llegar a una conclusión de quien gano el debate.
Para unos no hubo debate, no hubo propuestas, más de lo mismo, un evento intrascendente.
Para otros ganó Josefina, vio gris a Creel y Cordero, un patán. Otros vieron a un Cordero digno contrincante de Peña y Obrador, pues se requiere de un rijoso para darle la pelea al puntero en las encuestas.
Lo que me pareció novedoso en este ejercicio democrático por la rapidez de la reacción y su difusión, fueron los mensajes en las redes sociales, que dejo a un lado las recomendaciones de expertos, no les importo las opiniones de columnistas, sino que prevaleció lo ocurrente, chistoso y fueron los que le dieron la dimensión real que la gran mayoría de mexicanos opina de la política.
Baste leer algunos textos que se escribieron en las redes sociales:
Hoy México ha amanecido con tres presidentes: Felipe Calderón el constitucional, Andrés Manuel López Obrador el legítimo y Vicente Calderón el imaginario