Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 15 de octubre de 2015.- Por considerar que la investigación y procedimientos tiene un alto costo, las autoridades en materia de agricultura han olvidado monitorear los residuos de plaguicidas en alimentos de consumo humano.
Para el doctor Stefan Waliszewski Kubiak, de la Universidad Veracruzana, esto a la larga tiene un costo mayor, pues las enfermedades que padecen los individuos por el consumo incidental de plaguicidas es de mayor perjuicio.
El investigador acudió este jueves al Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca (ITVO) para presentar una ponencia magistral denominada “residuos de plaguicidas”, sustancias tóxicas que llegan al organismo sin un control adecuado.
Mencionó que si bien los plaguicidas tienen la finalidad de mater insectos, hierbas y preservar la cosecha, su uso inadecuado o en algunos casos, abuso, generan problemas en el humano.
“Quienes aplican los plaguicidas tienen poco conocimiento del uso adecuado, sobre todo a los fetos, en mujeres embarazadas, esto es un mayor problema porque el feto no tiene mecanismos de desintoxicación”, dijo.
El investigador dijo que el efecto tóxico agudo es cuando la persona está expuesta directamente a aplicar el plaguicida o a cerca de donde se aplicó, lo cual es muy dañino.
El efecto crónico, dijo, puede ser doble, porque por ejemplo cruza la placenta de una mujer embarazada y no hay forma de eliminarlo.
Mencionó que aunque hay regulaciones en la material, poco o nada se hacer para comprobar que los productos que se cultivan con uso de plaguicidas, queden libres de estos residuos contaminantes.
“Lo consideran una inversión tremenda, que es muy caro, pero si no lo hacen, hay que controlar el uso y una buena recomendación es que el productor se preocupe directamente por este hecho”.
También, dijo, las personas consumidoras de productos agrícolas deberían interesarse en qué grado de residuos tóxicos tienen lo que están consumiendo porque “uno ve un tomate rojo, llega a la tienda, lo compra y se lo come y no sabe qué puede ser un producto con residuos de plaguicidas”.
Consideró que la investigación sobre el tema ha avanzado en México y se han buscado opciones, pero esto muchas veces queda como interés de la academia, no de las administraciones que deberían también realizar una política pública al respecto.