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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de febrero de 2016.- La última noche de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, en la capital del país fue recibido a su llegada a la Nunciatura Apostólica como de costumbre, cantándole el Cielito Lindo.
En su quinta y última noche en México, el Papa Francisco rezó una vez más frente a las decenas de personas que lo esperaron afuera de la Nunciatura Apostólica, en la Ciudad de México.
Visiblemente cansado, el Pontífice descendió del auto que lo trasladó del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a la sede religiosa, y saludó a niños, jóvenes y adultos.
El Papa Francisco se dirigió con especial atención a personas de la tercera edad, a quienes bendijo y acarició.
Como se hizo costumbre en sus diferentes actividades desde el pasado 12 de febrero, el Pontífice pidió una vez más rezar por él.
Fieles feligreses se dieron cita desde más de dos horas antes para ganar un lugar y postrarse en las vallas metálicas, y así poder despedir en primera fila de tierra azteca al Vicario de Cristo.
El Sumo Pontífice llegó puntual de Morelia, Michoacán a la Ciudad de México, y fue trasladado inmediatamente a su aposento; en los cruces de Río Churubusco y Avenida Insurgentes, el cúmulo de personas se hacían más presentes.
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