
Exige Congreso al Ejecutivo atender problemática del agua en Juchitán
PASO LA REYNA, Jamiltepec, 18 de noviembre de 2014.- La división entre PRI y PRD, la disputa por la instalación de la presa y la desidia de autoridades, han aislado de apoyos a la gente de esta agencia de Jamiltepec, en la Costa de Oaxaca, que después de Ingrid, Manuel, en 2013 y Trudy, en 2014, viven casi a la intemperie.
Para rehabilitar sus viviendas han utilizado cajas de cartón, mecates y plásticos. En 2013, las lluvias de Ingrid y Manuel dejaron afectaciones en más de 100 viviendas, casi las mismas que sufrieron el embate de Trudy en 2014.
Del censo que se hizo para reconstrucción de viviendas en 2013, hubo solo 4 beneficiarios: Hermilo Matías Cortés, Alejandro Mejía, Rosa Elia Labastida y Yolanda Narváez, quienes recibieron un pie de casa con material prefabricado, sin que tengan servicios como agua potable o drenaje.
El Barrio Chico de Paso la Reyna es casi un montón de escombros, pero ahí habita la gente porque al final, las reglas de operación determinaron que no habían sufrido la pérdida total de su vivienda.
Jovita González Cruz, una de las afectadas, explica que en un inicio, se consideró la afectación en 100 viviendas, pero cuando fue el personal del gobierno de Oaxaca, solo autorizaron 4.
“Las casas que todavía tenían horcones o techo, ya no fueron consideradas, solo nos dieron 10 láminas y una colchoneta, pero las casas ya no son casas”.
Leocadio Reyes tiene sus cosas en una sola habitación que fue reconstruida con varas de madera y utilizó una lámina como puerta, el techo también lo hizo con las láminas del apoyo y algo de palma, pero cuenta que no recibió más.
Las historias son similares. Verónica Pérez, Reyna Hernández, Juana Iris, Araceli Bautista, todas cuentan que sus viviendas se inundaron y rescataron de ellas lo que pudieron, principalmente sus vidas, que pusieron a salvo en el momento de la tormenta.
Aún aquellas que se construyeron con tabicón, tienen afectaciones notorias a simple vista. Algunas paredes con lama, agrietadas y húmedas que representan un riesgo para quienes viven ahí, dice Cristian Hernández Cruz.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) acudió también a levantar un censo para posibles beneficiarios de empleo temporal y el extinto programa Oportunidades –ahora Prospera-, pero ya no volvieron a este ejido ubicado a 22 kilómetros de la carretera federal 175.
Para llegar a Paso la Reyna hay un retén instalado por los ejidatarios que se han opuesto a la construcción de la presa hidroeléctrica, un proyecto estratégico anunciado por el gobernador Gabino Cué con una inversión de 600 millones de dólares.
El proyecto prevé la construcción de una cortina de 195 metros y la afectación directa para 3,100 hectáreas en seis municipios, además de daños colaterales en más de 40 localidades, entre ellas, Paso la Reyna, que sería la mayormente afectada por estar en la orilla del río Verde.
Desde que la comunidad rechazó la instalación del Proyecto, se impide el paso a personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por tierra, ya que la paraestatal ha hecho recorridos y mapeo por aire, además de avanzar en el proyecto pero más lento que si tuvieran el permiso de los pueblos.
Según Cristian Hernández Cruz, una de las afectadas en Barrio Chico, los opositores a la construcción de la presa no solo han impedido el ingreso de personal de la CFE, sino de cualquier representante de gobierno que acuda a la comunidad, porque aseguran haber recibido presiones por parte de las dependencias para obtener el permiso.
Pero ellos también consideran que aceptar los apoyos de las dependencias constituiría un soborno para que la gente autorice la construcción de la presa, negada en asamblea por la mayoría de los ejidatarios.
Además, la autoridad auxiliar en la agencia emanada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dice que no quiere nada del presidente Peña Nieto, pero del gobernador Gabino Cué tampoco ha recibido nada.
La construcción de la presa es un asunto que se ha politizado, pues aseguran que quienes están a favor son del PRI y quienes están en contra son del PRD.
Y esto repercute en que ni priistas ni perredistas reciban los apoyos. “Aquí vinieron, los del gobierno pero la autoridad los corrió, dijo que somos traidores los que nos inscribimos, pero esto sirvió de pretexto para que ya no regresaran”.
En la comunidad el agente municipal, Luis Hernández, está indispuesto para la entrevista. Su estado de ebriedad no le permite hilar sus respuestas. Solo atina balbuceante a decir que “la presa no pasará” y se molesta por ver extraños en su comunidad.
El apoyo que recibió la gente durante las contingencias constó de colchonetas individuales, algunas que conservan enrolladas sin ocuparlas y 15 láminas, que les sirven de techo de paredes, aunque hay algunas sin utilidad.
El 13 de noviembre de 2013, en un comunicado de prensa, el Gobierno de Oaxaca informó que coadyuvó en la reparación de 10 mil 223 viviendas que sufrieron afectaciones por Ingrid y Manuel, además de destinar en ese año, 58.6 millones para la reconstrucción de la Costa.
En aquella ocasión, Gabino Cué entregó indemnizaciones a 3 mil 500 campesinos y ganaderos por 13.7 millones de pesos del Programa de Seguro Castrófico, sin embargo en este año, por Trudy, tampoco fueron consideradas la totalidad de afectaciones en cultivo de papaya, ajonjolí, maíz y otros productos agrícolas de la región.
Grandes extensiones permanecen bajo el agua, el ganado también está en zonas aún inundadas, pero no han permitido el censo total de las afectaciones por la postura de las autoridades locales de rechazar cualquier tipo de apoyo que provenga del gobierno y por la que han asumido las autoridades, tanto federales como del estado, quienes ya no han vuelto a este lugar, considerado estratégico por el paso del Río Verde.
Cuando crece el Río Verde, el agua sube más de metro y medio su nivel y en cada temporada, explican, las viviendas más pobres sufren las consecuencias de la fuerza de la naturaleza y del olvido gubernamental.
(Texto publicado en El Universal)