Pepenadores, labor para sobrevivir

Huajuapan de León, Oax., 22 de agosto del 2011(Quadratín).- Entre olores fétidos, además bajo los candentes rayos solares, María Enedina Gutiérrez, madre soltera, a cuyo cargo está la responsabilidad de alimentar a dos menores de edad, se desenvuelve entre toneladas de basura, sacando algunos objetos de reciclaje o trozos de cartones y venderlos, para obtener recursos y alimentar a sus hijos.
Asegura que la labor es muy dura y también tiene mucha competencia, es como un negocio para algunos pepenadores, quienes ejercen un caciquismo feroz, no todo es color de rosa, porque para tener acceso a las toneladas de basuras, se tiene que hablar primero con el líder, o quien comanda algún grupo, aunque sin sueldo, “se tiene a veces que ponerse a mano con ellos, para poder ingresar a pepenar, y ni modos, ante la falta de empleos, y de estudios”, dijo Enedina Gutiérrez.
Gutiérrez, nacida de uno de los pueblos ubicados en lo alto de las montañas de Monteverde, llena de nervios y casi con miedo, sostiene, “no quiero tener problemas, no saco mucho, sino lo mínimo para la manutención de mis dos menores hijos, tiene dos años que mi pareja me abandono para juntarse con otra mujer, viví siete años en unión libre con él, es profesor bilingüe, y como no tengo estudios, no consigo otro tipo de trabajo, y aquí estoy entre basura, pepenando para sobrevivir, la situación es dura, las autoridades dicen y cuentan que van a apoyar a los pepenadores, pero al menos nosotros no hemos sido beneficiados”, asevero la fémina de rasgos indígena.
Así camina apresuradamente entre cerros de basuras, cuanto llega cada automóvil particular a tirar basura, para sacar algunos objetos reciclables, aunque al fondo se aprecia otro grupo de pepenadores, que están mejor ubicados porque asegura que aquí también, existe territorio para cada pepenadores, y “hay privilegios, desde luego que los hay”, afirma tajante la madre mixteca.
“Pepenar no es cuestión fácil, como en todo, hay control, como en cualquier empleo, aunque no se saca mucho, pero cuestión de espacios, hay competencia y envidias, como en cualquier empleo, aunque seas bueno, simplemente si te ubican en un espacio donde no hay mucho material, que se puede hacer, hay quienes contralan la situación’, aseguró.
La tarde se torna lluviosa, los ojos claros de María Enedina, echan una mirada al firmamento y dice: “hoy por lo menos no creo que llueva, puedo seguir recolectando, además de ser domingo, solo carros particulares vienen a tirar basura, los oficiales descansan, entre semana es cuando más competencia hay, pero ni modos, son cuestiones de la vida, y hay que enfrentarla como venga”.
Dijo que el mayorcito de sus hijos, ya asiste a un kínder ubicado muy cerca de donde vive, aunque no reveló su domicilio, al tiempo afirmó que es muy importante el estudio, por eso, procurará que sus hijos, reciban educación, en tanto por ahora, ella se desenvuelva entre toneladas de basura, pepenando para la sobrevivencia de los suyos, ya que por desgracia, su pareja, se deslindó de una obligación primordial, el de proporcionar manutención para sus hijos.