Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 16 de agosto de 2015.- “¡Lleve su disco, bara-bara!”. En domingo en que la gente disfrutaba antiguamente de su hermoso Jardín de la Constitución, la fiesta la ponen hoy los vendedores ambulantes.
Discos “pirata” por allá; charlatanes por acá; prendas presuntamente artesanales más allá, y ahora hasta puestos de comida por doquier.
Es el Zócalo, con un reducido plantón del magisterio; no más de 50 profesores, algunos de ellos agresivos. Como un hombre, que se identificó como maestro y que impidió a Quadratín Oaxaca tomar fotografías.
Vestido de bermudas y sandalias, a gritos y manotazos impidió a la reportera realizar su trabajo e incluso intentó quitarle su teléfono.
Enorme cacerola hierve, con cebollitas, tasajo, chiles y mucha grasa; a un lado, el comal con empanadas de dudosa calidad higiénica; del otro lado, vitroleras con “agua fresca”, también sin ningún control sanitario.
Es el mercado grandote en que se ha convertido el corazón de la ciudad de Oaxaca. Es el dominio de la irracionalidad y la violación a la ley.
“¡No está usted para saberlo ni yo para contarlo, pero la sábila tiene muchas propiedades curativas; la sábila le cura todos los males!”, grita un merolico que con engaños de recetas caseras aglomera a la gente a su alrededor.
Con engaños también terminará recetándole un frasco de presunto ungüento o medicina que curará todos sus padecimientos, por sólo 100 pesos. “¡En las tiendas y farmacias cuesta 300 pesos; hoy estamos de promoción, de oferta! ¡Pero tampoco me pagues 200 pesos, no vengo a lucrar con tu enfermedad! ¡Dame 100 pesos solamente y es tuyo, con eso curarás todo”, grita hombre joven que vende ilusiones para llevarse el dinero de la gente.
Es el Zócalo de Oaxaca que desde hace 13 meses tiene un plantón de la Sección 22, adherida a la CNTE, y que en muchas ocasiones ha cambiado de bandera de lucha. Ahora es contra la reforma al IEEPO.
Es la zona declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, la que gobierno estatal y municipal han desalojado de ambulantes en cuatro ocasiones. Y que vuelven vez tras vez, cobijados por el magisterio.