Día -6. No militarización, sino sociedad criminalizada
Oaxaca, Oax. 9 de septiembre de 2011 (Quadratín).- La propuesta a debatir que lanzó el ex presidente Carlos Salinas de Gortari a quien se ungió como presidente legítimo tiene varias acepciones.
La primera es la de confrontarse o enfrentarse en un soliloquio de dos; otra interpretación puede ser la de batirse, es decir, ensuciarse mutuamente, de lo que ambos, en percepción pública, son unos verdaderos titanes.
Del licenciado Salinas se ha maldicho de casi todo, excepto que tenga un pelo de tonto. Es de sobra conocida su inteligencia, habilidad, rapidez y agudeza para el debate.
Seguramente sabe que su enfrentamiento con López Obrador es entre desiguales.
Ambos comparten una consolidada mala fama mediática y la radio o televisora que aceptara ceder tiempo a esta confrontación sabe del altísimo rating que obtendría por esta contienda.
López Obrador estaría encantado de protagonizar este debate, porque le daría la posibilidad de tener audiencia masiva.
Aunque ambos son economistas, sus capacidades como tales son no equivalentes. Las apuestas estarían del lado del ex presidente constitucional y no del presidente legítimo.
Además con un triunfo frente a López Obrador, Salinas representaría o encarnaría a un gran porcentaje de la llamada opinión pública que detesta y desprecia la presencia y el discurso de AMLO.
Sin presunciones, Salinas ya adelantó cómo le irá a AMLO: Va a reprobar. No basta decir qué propone cuando ya se tuvo la oportunidad de gobernar; quien ya gobernó puede ser evaluado, sométanlos a la prueba del ácido, de comparar lo que ofrecen para adelante con lo que han hecho para atrás.
Al final de cuentas este es el tiempo de la nueva generación. De ellos o ellas, también. Si no nos metemos con los nuestros menos con los de los otros, por eso no hablamos de ellos. Y además del otro ya dije cómo se llama… Pues si en cada plaza pública que anda me menciona y yo no lo menciono en ninguno de mis eventos, pues hay nos vamos a ir emparejando en las siguientes presentaciones.
Invítenlo para que les diga qué propone. Pero con una diferencia fundamental: no vas a decir qué te propones cuando ya se tuvo la responsabilidad de gobernar, porque entonces ya se pueden medir las palabras y las promesas con relación a lo hecho. De otra manera es muy fácil ofrecer, porque no se tiene el compromiso en ese momento de cumplir. Pero quien ya gobernó ya puede ser evaluado por sus hechos y resultados.
López Obrador aceptó el debate público con Carlos Salinas de Gortari para aclarar paradas, en el que participen 30 potentados, medios de comunicación y el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Ante la declaración del ex presidente priista, López Obrador convocó a Salinas de Gortari a fijar las reglas y condiciones del encuentro con su coordinador de Comunicación Social del gobierno legítimo, César Yáñez Centeno.
Lo buscará para entregarle por escrito que acepta debatir con el jefe de la mafia del poder, que es la responsable de la tragedia nacional, aseguró ante simpatizantes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Propuso además como foro del encuentro espacios informativos como Televisa.
Usted (Salinas de Gortari) tiene mucha influencia en Televisa, use su influencia para que ahí nos den una o dos horas y ahí, de cara a la nación, vamos a aclarar paradas.
López Obrador cree que va a ser muy bueno para la salud pública un intercambio de puntos de vista con el representante de los 30 potentados, de los medios de comunicación más influyentes del país y del candidato presidencial de la mafia del poder, el priista Enrique Peña.
Quizá López Obrador dijo que sí, pero condicionó a la inclusión de otros participantes, porque en realidad quiere decir no.
Este debate es aviso de un gran espectáculo. Más que debate puede resultar un talk show.