Matan en Guerrero a exalcalde de Morena de Huamuxtitlán y a su chofer
VATICANO., 12 de mayo de 2016.- Todo inicia exactamente hace 35 años. La noche del 13 de mayo de 1981, mientras San Juan Pablo II está entre la vida y la muerte en el Policlínico Gemelli después del atentado en la Plaza de San Pedro. Justo ahí, en esa misma plaza miles de personas rezan juntas el Rosario a la Virgen de Fátima.
Según un comunicado, año tras año la cita se vuelve infaltable para agradecer el milagro, para rezar por el Papa. De la pequeña parroquia de Santa Ana en el Vaticano se desata una pequeña procesión cada noche del 13 de mayo, recitando el rosario, hasta llegar a las ventanas del Palacio Apostólico. Las ventanas se abren y se iluminan cada vez.
El Papa da a entender así con discreción su agradecimiento. Es un diálogo de oración, silencioso y delicado. Entre los fieles que rezan está también Angelo Gugel, el camarero personal de San Juan Pablo II, el hombre que lo sostuvo aquel 13 de mayo después de los disparos.
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