Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Tonalá, Oax. 22 de septiembre de 2010 (Quadratín).- El diputado por Michoacán, Enrique Bautista Villegas, presentó aquí el libro Era otra la vida, escrito por Amalia Solórzano de Cárdenas, compañera del ex presidente de México que dejó un importante legado en la región Mixteca de Oaxaca.
Acompañado por Israel de la Cruz, y en presencia de Cuahutémoc Cárdenas Solórzano, consideró que este texto que se distribuirá en forma gratuita en las bibliotecas de la región, describe parte de la historia de México que le tocó vivir a doña Amalia Solórzano.
Esta hermosa publicación del Instituto Politécnico Nacional, elaborada a manera de homenaje a tan ilustre mujer mexicana, recoge los testimonios íntimos de una de las actoras más cercanas a los espacios de decisión del poder político en México, explicó el legislador.
Era otra cosa la vida contiene testimonios de la vida de Amalia Solórzano Bravo desde sus primeros años como hija de una numerosa familia en su natal Tacámbaro, donde describe sus recuerdos como pequeña disfrutando con sus hermanos y sus amigas.
Entre otras cosas refiere cómo conoció al General durante una visita que éste hiciera a Tacámbaro como parte de la gira en la búsqueda de la gubernatura de Michoacán y comparte con el lector a través de su crónicas las peripecias que pasó durante su noviazgo con el General, que era visto con cierto recelo y tal vez temor por su padre, don Cándido Solórzano.
Las memorias refieren también la llegada de Palmira, la primera hija de la pareja, que falleció dos días después de un alumbramiento prematuro. El nacimiento y el crecimiento de su hijo Cuauhtémoc, que llegara en 1934, así como algunas de las vivencias familiares.
Otros pasajes del libro, explica Enrique Bautista, fueron los relativos a la crónica de la llegada de los niños españoles a México, la Expropiación petrolera, la preocupación manifestada por el General durante los momentos más intensos de la lucha de Fidel Castro y los insurgentes cubanos por liberar a su patria del régimen dictatorial de Fulgencio Bautista.
Era otra cosa la vida está prologado por un texto del poeta Roberto López Moreno que también merece una mención, ya que constituye un comentario excelente que sitúa al lector en el contexto de México de la época en que se desarrolla las vivencias que la autora refiere en sus memorias.
Por su parte, Israel de la Cruz, mencionó que su vida cambió radicalmente de vivir en un departamento en San Angelín, se fueron a Los Pinos, y dice llegué como cualquier hijo de vecino a instalarme en una nueva casa.
Además, cuando fue novia del general, tan joven, pasó por muchos puestos importantes, y que probablemente ni cuenta se dio de lo que estaba pasando, pero cuando llega a Los Pinos, ya había contraído algunas obligaciones: Ya era otra cosa la vida.
Israel de la Cruz consideró que entre Amalia Solórzano y Lázaro Cárdenas hubo una simbiosis perfecta, que continúan sus hijos, Cuauhtémoc y Lázaro, pero cada uno con brillo propio.