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México, D.F. 7 de marzo 2011 (Quadratín).- El placer que produce abrir un libro nuevo y disfrutar de su aroma es indescriptible, una sensación única que se acaba cuando el olor se desvanece poco a poco. Esta conmoción es en gran parte producto del olor de la tinta, pues quien visite una imprenta lo encontrará en una mayor concentración.
No obstante, que los métodos de impresión han cambiado y de que el offset es ahora el predominante, hay muchos que se resisten a perder por completo los métodos de impresión clásicos, esos en los que los tipos móviles de metal o madera dejan una marca sobre el papel al presionarlo.
En la XXXII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería se presentó el libro Los grabados en la obra de Juan Pablos: primer impresor de la Nueva España, en este libro editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) se presenta un estudio completo de la primera imprenta que existió en territorio mexicano, la autora es de María Isabel Grañén Porrúa.
La obra también contiene un índice tipográfico que describe cada una de las fuentes incluidas en los grabados que se incluyen, de igual forma describe cronológicamente la evolución de la imprenta fundada por Juan Pablos, con la ayuda de un glosario y de notas explicativas al pie de página, el lector tiene la posibilidad de emprender un viaje por las técnicas antiguas de edición.
Juan Pascoe, quien es impresor y ha dedicado toda su vida al oficio, destacó que en esta obra se muestra un trabajo minucioso en todo el proceso editorial, pues los interesados en el libro muestran una gran pasión por este ambiente.
Además recordó una premisa fundamental para el diseño actual los libros mexicanos tienen que construirse con letra mexicana o en castellano. Pues destacó la importancia de cuidar de los detalles tipográficos de nuestro idioma como acentos, o las letras propias.
El oficio que se resiste a desaparecer Verónica Loera destacó la labor que realizó este impresor en el libro, pues tenemos tanto que aprender de Juan Pascoe quien propone diseñar libros modernos con la lógica de los libros antiguos y logra con ello una belleza muy particular en todas sus creaciones editoriales, destacó. También habló de las modernas técnicas de impresión, pues el offset aplana la imagen, el grabado la resalta, dijo con un tono de añoranza.
La autora mencionó que esta obra es importante pues nunca se había recopilado material gráfico y tipográfico de este impresor. También dijo que su intención es seguir con el proyecto y proseguir con otras personas del oficio que también fueron sumamente importantes para el desarrollo editorial en nuestro país. Piensa que en próximas ediciones abordará la obra de Antonio de Espinosa que considera es el mejor impresor que ha tenido Méxicoy de Enrico Martínez.
También destacó que para la realización final del libro se cuidó cada uno de los procesos, desde la elección del papel, el tipo de encuadernación, la tela de la portada, hasta la corrección de las galeras. Igualmente comentó que en la portada se incluye el título impreso en una imprenta de tipos móviles, lo que rescata el trabajo artesanal.
A pesar del paso del tiempo y de las nuevas tecnologías, el FCE demuestra en este libro que es posible conjuntar nuevas tecnologías con las técnicas más antiguas y que el resultado puede ser tan bello y lleno de contenido como este libro que habla de libros.