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Santa María del Mar, Oax. 09 de mayo 2012 (Quadratín).-El Gobierno del Estado realiza gestiones con la empresa Mareña Renovable, filial de la española Preneal, para que contribuya al desarrollo de la zona con la construcción de una carretera que ayude a los huaves de Santa María del Mar, comunicarse vía terrestre, indicó el gobernador Gabino Cué durante su visita a esta agencia municipal de Juchitán la mañana del miércoles.
Después de 15 años de la última visita de un Gobernador , Santa María del Mar recibió al mandatario estatal en medio de muchas expectativas, esperaban la propuesta de construcción de un nuevo camino carretero que los comunique con el resto de la región y el estado, pues desde 18 de octubre del 2009 no pasan por la única salida terrestre que tienen para llegar a la federal vía San Mateo del Mar, desde entonces salen y entran por mar.
Cué Monteagudo se solidarizó con la problemática y reconoció que están prácticamente secuestrados por un conflicto agrario, pero pidió paciencia y no caer en provocación, sino seguir en la ruta de la legalidad agraria.
El gobernador señaló que para lograr el avance en las gestiones con la empresa eólica se tiene primero que destrabar un problema que existe en San Dionisio del Mar, entre la autoridad municipal e integrantes de su cabildo, pues esto estanca la obra planeada, pero sobre todo resaltó la necesidad de informar al pueblo sobre el proyecto.
Se tiene que informar a la población. La inversión no es mala, al final de cuentas la inversión tenemos que ver que se quede en Oaxaca. Hay la voluntad de la empresa de contribuir en la construcción de la carretera que tendrá un costo de casi 70 millones de pesos. Hay algunos grupos que están inconformes pero es por falta de información, espero que dotándoles de la información necesaria como un gesto de generosidad desatoren el problema para que se inicie a la brevedad la construcción de la carretera explicó el mandatario a los reunidos en la explanada de la agencia municipal.
EL CONFLICTO ENTRE SAN MATEO DEL MAR Y SANTA MARÍA DEL MAR
I
El brincoteo de viejas lanchas de motor por las picadas olas de las Lagunas Superior e Inferior mantiene a los huaves de Santa María del Mar con el Jesús en la boca. Por 20 minutos la angustia se les nota en el rostro cada vez que suben a estas embarcaciones en los meses de octubre, cuando los nostálgicos vientos del norte peinan el Golfo de Tehuantepec.
Otros 20 minutos más, si bien les va, cuando salen en las mismas lanchas de las saladas tierras hacia el embarcadero El faro, ubicado en el territorio marítimo de los ikoots (nosotros mismos) de San Dionisio del Mar.
Ocelotlán (Nombre náhuatl que significa cerro del ocelote de la mar) como se le nombra a Santa María, recibe a los que vienen de tierra firme con una hilera de lanchas ancladas, una docena de caballos flacos picoteando un pasto semiseco, una enramada de palma con medio techo, un camino polvoriento, un par de perros inquietos con el volar de las garzas y un poste de luz dan la bienvenida.
Dani bedxe nisa dó (Cerro del jaguar de la mar) como lo identifican los viejos zapotecas no es distinto en imagen urbana a sus tres hermanos huaves; San Dionisio, San Mateo y San Francisco del Mar.
Muy pocas casas de palma y de tejas quedan, el cemento gris acapara la vista, signo de modernidad. Un edificio a medio construir de dos plantas que tiene rotulado agencia municipal se eleva por sobre todas las casas. Un pequeño parque en medio de la plaza, cien metros de pavimento y un quiosco recién pintado, es lo que sobresale del primer cuadro del pueblo.
Los hombres, sobretodo, se reúnen para platicar debajo de un ficus o en la banqueta de la biblioteca pública, los más jóvenes conviven en el quiosco. Las mujeres socializan en el puesto de verduras y flores que administra una familia zapoteca de San Blas Atempa en una esquina de la agencia.
La tranquilidad de este pueblo de al menos 800 habitantes sólo se perfora por el ruido del viento. Aparentemente no pasa nada, pero a la vez pasa todo. Desde hace dos años viven inseguros, se sienten secuestrados por sus pares, los huaves de San Mateo del Mar.
Hace más de un año, 18 de octubre del 2009, no pasan por la única salida terrestre que tienen para llegar a la carrera federal y conectarse con el resto del mundo, desde entonces salen y entran por mar.
Los huaves de Santa María argumentan que San Mateo del Mar les bloqueó el camino, por lo que mermó el acceso de productos básicos a la comunidad, el comercio local decayó ante los intermediarios de productos del mar, los servicios de salud se afectaron, el sistema educativo se da cuando el clima permite la llegada de los maestros, el proyecto eólico en la zona elevó su costo y retrasó los trabajos. El sistema eléctrico se suspendió en más de tres ocasiones.
En Santa María existen 113 pescadores en la cooperativa La fuerza del pueblo. Todos, absolutamente todos lloran la situación crítica que viven por la caída del precio de los productos.
II
Santa María del Mar y San Mateo del Mar comparten una franja o barra de tierra que es arropada por las aguas de la Laguna Superior, Laguna Inferior y el Mar Tileme en el Golfo de Tehuantepec. Ambas comunidades tienen un sólo camino que los lleva hasta Salina Cruz y de allí a la carretera federal.
San Mateo del Mar es municipio libre adherido al distrito de Tehuantepec con 14 mil 252 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Santa María del Mar es agencia municipal de Juchitán desde 1946 y tiene más de 800 pobladores.
Estos dos pueblos huaves mantienen un conflicto agrario desde hace décadas, se pelean tres mil 773 hectáreas de tierra, territorio que el gobierno de Miguel de la Madrid le otorgó en la resolución presidencial de 1984 a Santa María del Mar y que San Mateo del Mar considera suyas de acuerdo a títulos primordiales antiguos.
El 18 de octubre del 2009 los comuneros de San Mateo del Mar invadieron, ellos alegan que recuperaron, mil 93 hectáreas de esas tierras, que casualmente la empresa española PRENEAL tiene planeado colocar parte de un corredor eólico, reactivando así una serie de confrontaciones entre hermanos de etnia.
Desde hace dos años, los ikoots entre sí se han insultado, bloqueado, humillado, robado, vejado y violentado sus derechos humanos. Las autoridades federales y estatales no resuelven nada, lo han intentado, pero no logran una paz duradera.
Desde el 2009 Santa María del Mar asegura que San Mateo del Mar les bloqueó la única salida terrestre, las autoridades de San Mateo niegan tal hecho, argumentando que sus vecinos determinaron no volver a pasar por la zona, mientras tanto Santa María no permiten a los otros pescar en su territorio.
III
¡Müm Kaw! ¡Teat nüt! ¡Nangaj Okas! ¡Nangaj Lünd! ¡Nangaj Lüt! ¡Madre luna! ¡Padre sol!¡ Sagradas estrellas! ¡Sagrado viento! ¡Sagrada tierra! Bendícenos.
Con estas exclamaciones en la boca del mar y frente a la cruz Tileme, los comuneros y autoridades ikoots piden buena lluvia, fructíferas cosechas, clementes vientos y sana salud para el pueblo cada año.
Para el alcalde de Huazontlán, nombre antiguo que los ancianos le dan a San Mateo del Mar, Luciano Álvarez, les corresponde el espacio sagrado invadido por sus hermanos huaves de Santa María del Mar, en donde se localiza Wüx Leam o Tileme, que es considerado divino y espacio de vida en donde hablan con sus dioses.
El anciano mayor del pueblo huave, dijo que esta zona sagrada que comprende el Mar Tileme y el Cerro Tileme, de norte a sur y de este a oeste, es donde, argumentan, muchas veces los comuneros han sido agredidos física, sicológica y materialmente por los avecindados de Santa María del Mar, por lo que han decidido proteger el espacio hasta con la propia vida, ya que lo consideran herencia milenaria.
Pero para llegar a esta zona sagrada, antes se tiene que recorrer media hora de camino carretero desde Salina Cruz hasta San Mateo. De ese rústico y mítico lugar descrito por Miguel Covarrubías en su libro El sur de México y algún monje del siglo XVII, ya casi nada queda, sólo el impetuoso mar, algunas dunas rodantes y las tres campanas mágicas resguardas en la entrada de la iglesia, que aún temen sean robadas y devueltas al mar, de donde llegaron un día.
Najneajay Lerpeayiün Tikambaj (Bienvenidos a San Mateo del Mar) reza en lo alto del bloque de cemento que recibe a los automovilistas en la entrada del pueblo huave. Como Santa María, San Mateo está completamente dominado por viviendas de concreto y las casas de palma son escasas manchas en el paisaje gris. El primer cuadro, como las demás comunidades mareñas se alza en el centro un palacio municipal de dos plantas, una explanada sin un sólo árbol, en el costado derecho la iglesia y las campanas, de lado izquierdo el moderno mercado de dos naves, para rematar el cuadro principal se construyó una escuela.
IV
No toda la gente es tan reservada en San Mateo, sólo las autoridades, que ven enemigos por todos lados. En el mercado, dominado en un cien por ciento por las mujeres, la socialización es más libre. Las huaves están enteradas de la situación crítica con sus hermanos de Santa María, pero evitan opinar al respecto, todo se lo dejan a los varones, es responsabilidad de ellos, aseguran. Lo que repiten una y otra vez, es que el camino no lo tienen bloqueado, que los otros son lo que evitan pasar.
Francisco Valle Piamonte, presidente municipal, reservado, negó toda responsabilidad achacada al pueblo en relación a un bloqueo, que aseguran no existe, al derribo de los postes de luz de la CFE que alimenta a Santa María, la obstrucción de las tuberías de agua potable, el robo de ganado y destrucción de chozas.
En cambio enumeró los daños que han sufrido, desde el primer bloqueo que efectuaron los de Santa María con los habitantes de Huilotepec el 19 de octubre del 2009.
Varios heridos de balas, un joven en silla de rueda por un escopetazo por parte de los otros.
Jura y perjura que de la otra parte existe gente armada, que las provocaciones vienen de esa parte.
A todo eso, agregan la destrucción en más de una ocasión de la ermita que guarda la cruz Tileme. La última agresión se registró el 5 de agosto. La indignación se apoderó de los habitantes de San Mateo.
José Gutiérrez Luis, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, argumentó que no están invadiendo, sólo tomaron posesión de las mil 93 hectáreas que les pertenece por herencia de sus antepasados, según títulos primordiales.
El dirigente agrario informó que San Mateo del Mar determinó seguir promoviendo sus derechos agrarios ante las instancias correspondientes, por lo que exigió justicia e imparcialidad en el ejercicio de defensa de sus derechos como pueblos originarios, por parte del Estado y las autoridades agrarias, evitando caer en la impunidad.